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El Cerro de los Siete Colores: Ciencia, Leyendas y Secretos de una Maravilla Natural
En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, dentro de la provincia de Jujuy, Argentina, se encuentra una de las postales más emblemáticas del país: el Cerro de los Siete Colores. Su impactante gama cromática no solo es un deleite visual, sino también un testimonio vivo de millones de años de historia geológica. Sin embargo, más allá de la ciencia, este cerro también esconde leyendas y misterios que lo convierten en un lugar aún más fascinante.
La Ciencia Detrás de los Colores: Un Relato de Millones de Años
A simple vista, la montaña parece una obra de arte pintada a mano. Pero su origen es mucho más complejo y fascinante. Los colores del cerro son el resultado de la superposición de distintos estratos geológicos, formados en distintas eras. Cada capa de roca se creó en un ambiente diferente: antiguos mares, ríos y lagunas prehistóricas.
- Rojo: arcillas y areniscas ricas en hierro (de hace 600 millones de años).
- Verde: pizarras con óxidos de cobre.
- Amarillo: areniscas con alto contenido de azufre.
- Blanco: rocas calcáreas, vestigios de antiguos depósitos de sal.
- Marrón y beige: sedimentos de ríos y montañas en formación.
El paso del tiempo y la erosión dieron forma al relieve actual, dejando al descubierto estas capas de historia natural.
Leyendas Indígenas: El Mito de los Colores
Para las comunidades kolla y quechua que han habitado la región durante siglos, el Cerro de los Siete Colores es un sitio sagrado lleno de magia y misterio.
Según una de las leyendas más populares, los colores del cerro surgieron gracias a los niños de Purmamarca. Se dice que, hace muchos siglos, los habitantes del pueblo se quejaban de que sus montañas eran demasiado grises y monótonas. Para solucionar esto, los niños decidieron tomar pinceles y pinturas hechas con pigmentos naturales y, cada noche, coloreaban la montaña en secreto. Durante siete días seguidos hicieron lo mismo, hasta que al amanecer del octavo día, la montaña había absorbido los colores para siempre.
Esta historia es una muestra de cómo la cultura andina, fuertemente ligada a la naturaleza, busca explicaciones mágicas y poéticas para los paisajes que la rodean.
Secretos y Datos Curiosos del Cerro de los Siete Colores
Más allá de la ciencia y las leyendas, el Cerro de los Siete Colores esconde algunas curiosidades que pocos turistas conocen:
- No siempre tuvo estos colores tan marcados. Con el tiempo, la erosión y la exposición a los elementos han intensificado las tonalidades del cerro.
- Es diferente dependiendo de la luz del día. Al amanecer, los colores son más vivos, mientras que al atardecer adquieren un tono más suave.
- Hay otro cerro similar en Perú. La Montaña de Siete Colores en Cusco tiene una formación parecida, aunque su acceso es mucho más difícil.
- El mejor punto de vista está fuera del pueblo. Aunque desde Purmamarca se puede ver el cerro, el mejor mirador es El Porito, a pocos minutos a pie.
Purmamarca: El Pueblo que lo Acompaña
El Cerro de los Siete Colores no sería lo mismo sin Purmamarca, el pequeño y encantador pueblo a sus pies. Sus calles de tierra, casas de adobe y mercados artesanales crean un ambiente único. Si quieres buscar alojamiento o cabañas en Purmamarca te recomendamos el portal TurismoArgentina, que tiene la guía más completa de la ciudad.
Algunos sitios imperdibles en el pueblo son:
- La Plaza 9 de Julio, donde los artesanos venden tejidos y objetos de cerámica.
- La Iglesia de Santa Rosa de Lima, un templo del siglo XVII construido con madera de cardón.
- El Paseo de los Colorados, un sendero de 3 km que rodea el cerro y ofrece vistas inigualables.
El Cerro de los Siete Colores es un libro abierto de la historia de la Tierra, un lugar lleno de mitos y un punto de conexión con la cultura andina.
Si aún no lo conoces, quizás sea el momento de dejarte sorprender por su magia.