Huajuapan de León, Oaxaca.- Integrantes del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), tomaron este martes las instalaciones del juzgado de Garantía y Tribunal de Juicio Oral de Huajuapan para impedir la audiencia que se desarrollaría sobre el asesinato de la activista Beti Cariño y Jyri Jaakkola, por supuestas irregularidades en el proceso.

Luego de bloquear el juzgado de garantías, los manifestantes presumieron que la audiencia se desarrollaría en una sede alterna por lo que se trasladaron posteriormente al palacio municipal donde se manifestaron obstaculizando el acceso, pese a que funcionarios del gobierno municipal aseguraban que ahí no se desarrollaba ninguna audiencia, persuadiéndolos a que abandonaran el edificio.

Misael Tadeo, representante de MAIZ en la mixteca, acusó a la autoridad municipal de Huajuapan de ser cómplices al prestarse para celebrar la audiencia en el palacio, lo que consideraron que es ilegal, a fin de beneficiar a los implicados en el asesinato.

Subrayó que hay corrupción e impunidad entre las autoridades porque a siete años de ocurridos los asesinatos, no se ha aplicado la justicia, ya que de las 14 órdenes de aprehensión, solo se han ejecutado tres, entre ellos la reclusión de quien fuera líder de la UBISOR en la zona Triqui, Rufino Juárez Hernández.

Fuentes del juzgado de garantía, extraoficialmente informaron que debido a la toma del tribunal y el palacio municipal, la audiencia fue suspendida por seguridad al imputado.

La tarde del 27 de abril de 2010, Bety Cariño, se trasladaba en caravana de la agencia municipal La Sabana hacia San Juan Copala,  acompañada del finlandés Jyri Jaakkola, integrante de la organización Union Uusi Tunli ry, cuando encontraron bloqueada con piedras la carretera y al descender del vehículo en que viajaban, fueron balaceados, ocasionándoles la muerte.

Bety Cariño, había organizado una caravana hacia San Juan Copla en la zona Triqui, con diversas organizaciones internacionales, entre ellos periodistas, activistas y observadores, con el fin de llevar alimentos y servicios a la comunidad, donde presuntamente grupos paramilitares mantenían a las mujeres encerradas y en caso de que se atrevieran a salir eran asesinadas.

Bety Cariño, originaria de Chila de las Flores, Puebla, inició su lucha activista al combatir el establecimientos de granjas avícolas y fábricas de mezclilla en las comunidades del valle de Tehuacán, que contaminaban el agua y es recordada en la comunidad por haber organizado a las mujeres para desarrollar proyectos de economía solidaria, así como la fundación de diversos centros de apoyo a migrantes.

Junto con quien fuera su esposo Omar Esparza, dirigente de MAIZ, fundó el centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus), asociación civil dedicada a desarrollar proyectos de educación alternativos, derechos indígenas y derechos de la mujer.