Oaxaca.- En San Quintín, Baja California por lo menos 40 mil oaxaqueños de las regiones triqui y mixteca son explotados, reciben sueldos miserables y viven en condiciones infrahumanas, poniendo en riesgo su vida sostuvo Adolfo Gómez Hernández, representante de la Red Indígena Oaxaqueña.

En conferencia de prensa, el también presidente de San Juan Mixtepec, indicó que en esta época está en apogeo la cosecha de fresa en el estado del país vecino, sin embargo quienes contratan a los migrantes se comportan de manera injusta con los indígenas.

De acuerdo a la información con la que cuenta su organización, un jornalero en Baja California  recibe alrededor de 120 pesos por jornadas de 12 horas de trabajo y en condiciones preocupantes por el nivel de pesticidas que utilizan en su siembra.

Además de los bajos sueldos viven en condiciones infrahumanas, durmiendo en campamentos que no reúnen las características necesarias para un trabajador. Tienen que levantarse a las 3 de la mañana para preparar sus alimentos.

A las 5 de la mañana, ya deben de estar listos para abordar las unidades que los transportan y llegar de esta manera a las 6 a los campos agrícolas en donde permanecen durante largas horas en las que son explotados.

“…Es una zona de esclavitud y también de mucha represión con conocimiento del gobierno estatal, pues ellos son los primeros que no defienden a los trabajadores sacando la cara por las empresas”, sostuvo.

Las empresas que existen son varias, representadas por personas de nacionalidad estadounidense, japonés y mexicanos, como es el caso de los hermanos “Gonzales” de Michoacán quienes invierten fuertemente a la producción de fresas y pepinos.

Hasta el momento aunque existen llamados por parte del Gobierno Federal, estos no son suficientes pues no se da completa cobertura a los migrantes explotados en algunos lugares que han sido señalados.

Por ello hizo un llamado a las autoridades municipales, estatales y federales para poner atención a la problemática migrante y ofrecer los apoyos necesarios para que se respeten sus derechos, además de implementar programas que fortalezcan el trabajo en las comunidades para evitar la separación de las familias.