La elección de presidente de los estados unidos. Secuelas en méxico
- Jorge E. Franco Jiménez
Termina una semana en que el proceso de elección de Presidente de los Estados Unidos a pesar de la propaganda negativa que se hizo de Donald Trump, este obtuvo el triunfo con amplia diferencia en la votación, resultado que fue reconocido por Hillary Clinton y el propio Presidente Barack Obama mismo ya celebró su primera reunión de trabajo previa a la toma de posesión; mientras producen numerosas protestas en diversas ciudades de la Unión Americana en contra del Presidente Electo que no tendrán, como consecuencia, modificar el resultado.
La difusión de este evento para los americanos y el escrutinio se reflejó en el rostro de algunas comentaristas y comentaristas nacionales que mostraron el desconcierto que provocó el inesperado triunfo del candidato presentado como racista y antimexicano. Se advierte que las repercusiones de mayor intensidad se dieron, para nuestro país en la economía, bolsa y cotización del peso que, hasta el momento, no presentaba signos de recuperación, como ha ocurrido en otros países, lo que evidencia el grado de dependencia que nos vincula a esa nación.
En otro aspecto se reafirma que el Presidente Enrique Peña no se equivocó cuando recibió al hoy virtual Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, pues al margen de la crítica exacerbada que se le hizo, del protocolo de la recepción incluidos los mensajes que dieron acerca de los migrantes, construcción de un muro en la frontera y Tratado de Libre Comercio, es evidente la reunión previa, a la luz de la política y diplomacia, constituyó una decisión afortunada para el Presidente Peña y para México que va a atemperar los alcances de la relación bilateral en esos rubros.
No pasa desapercibido que en la conversación privada entre el mandatario en funciones con un candidato a serlo en Estado Unidos se trataron intenciones que no se dieron a conocer, para el caso de que Donald Trump ganara como en efecto sucedió que tendrán un efecto que beneficia políticamente a los dos protagonistas y colateralmente al Partido Revolucionario Institucional que se coloca en la eventualidad de ser competitivo en las próximas elecciones.
Debe tenerse presente que la elección de Presidente de los Estados Unidos de América, aun cuando hubiere ganado Hillary Clinton, los efectos relacionados con el peso, los migrantes, la construcción del muro y la revisión del Tratado de Libre Comercio, se darían de todas maneras porque forman parte de lo que quiere el pueblo americano como lo demuestra el sentir de la mayoría de los electores con su voto en las urnas.
La cuestión de los trabajadores mexicanos migrantes debe apreciarse en dos senderos, Los que han legalizado su estancia e incluso han adquirido la nacionalidad y los trabajadores indocumentados. Los residentes legales mexicanos y sus familias desean conservar su estatus de empleo y trabajo que desarrollan en ese país y ello hace entendible que un buen porcentaje haya optado por Trump, pues no le conviene la competencia de otros mexicanos que pueden poner en riesgo su actividad como empleados, profesionistas o actividades de negocios.
Por otra parte el asunto de los migrantes no legales que son deportados, uno de los comentaristas mexicanos, preciso que en el Gobierno de Obama fueron expulsados más de un millón que, por tanto, si el gobierno que sigue expulsa otra cantidad similar o mayor, ello no marca ninguna diferencia con las inquietudes que se han propalado dado que la política implementada no constituye un cambio relevante en ese rubro.
Por otra parte el pueblo americano ha resentido el traslado de empresas productoras y armadoras de vehículos que han cerrado y han invertido en México que tiene como secuela que se pierdan un buen número de empleos por parte de los que laboran en esas plantas en Estados Unidos, por lo que hace suponer que la promesa de gravar lo que se arma o fabrica en México, provocaría que esos negocios retornaran a su país y recuperaran empleos y reactivaran la economía de las ciudades que se vieron afectadas por esos cierres de negocios; ello motivo la orientación del voto.
Creo que México debe estar preparado para enfrentar un forma diversa de la dependencia económica que guarda con el Estado del Norte, mediante la creación de fuentes de trabajo y empresas propias que amplíen el espectro de la concentración macroeconómica en pocas manos, como pasa con la telefonía, los medios de comunicación concesionados, entre otras, amén de que el cambio de mando en los Estados Unidos, implicara una fuerte influencia política para la elección de Presidente para el 2018.
El Presidente Peña gana espacio político con este evento que, bajo cualquier óptica confirma lo positivo de la decisión que tomó para recibir a Trump antes de la elección y la entrevista que anuncia con el Presidente Electo para que tenga lugar antes de que este tome posesión, trasciende sobre la serie de actos de corrupción de ex gobernadores, como Padres o los Duarte, situación que ha emparejado los cartones entre el PAN y PRI, con el regocijo de López Obrador y Morena.
La respuesta internacional hacia Trump es sólida entre naciones que guardan similitud en sus propósitos democráticos y de interés, como lo demuestran los mensaje de los líderes, que afirmaron: Matteo Renzi, de Italia, que había dado públicamente su apoyo a la candidata demócrata Hillary Clinton, "A nombre de Italia le expreso mis felicitaciones y le deseo un buen trabajo convencido que la amistad se mantendrá fuerte y sólida". La primera ministra de Inglaterra, Theresa May dijo: "Trabajaré con el presidente electo Donald Trump, construyendo esos lazos para asegurar la seguridad y prosperidad de nuestras naciones en los años por venir”.
Todo esto nos recuerda que el pueblo americano aun en su diversificada composición identifica sus valores democráticos sin variación influyendo con su voto la orientación del quehacer de sus gobernantes, sean Republicanos o Demócratas, como ya lo señalaba desde 1940 Gunnar Myrdal, “Todos los norteamericanos, sin importar su país de origen, clase, región, credo y raza tienen algo en común: una idiosincrasia social un credo político”.
Una experiencia que ahora ha impactado a México sobre todo en lo político que torna impredecible como se moverán los momios en la elección del Presidente de México para el 2018.