En el poblado de Tecomatlan, del Estado de Puebla, cada dos años se celebra la llamada Espartaqueda  Cultural, una verdadera fiesta de belleza, de color, de sonidos, de juventud, de ritmo y de la imaginación que el desarrollo del pensamiento ha producido en este mundo. 17 mil jóvenes y adultos representantes de todo los estados del país, compiten fraternalmente en canto, en sus especialidades de solista, dueto, trio, coro y rondalla, igualmente en la llamada música culta, la ópera; en declamación, en sus dos vertientes individual y coral; en oratoria;  baile y danza, y todo esto en cinco categorías que van desde los niños hasta los adultos. Es realmente un hecho extraordinario, que tiene como único fin preparar a nuestros jóvenes y a nuestros adultos, para que desplieguen su arte ante el pueblo pobre de nuestro país, ante la enorme carencia de cultura y de recreación que existe en nuestra sociedad.

     En nuestro sistema social y económico el arte está vedado para los pueblos alejados y marginados, en las colonias que forman los cinturones en las grandes ciudades, y hasta en municipios importantes. El arte poco se conoce, y los gobiernos casi no brindan apoyo económico ni político. En la educación oficial y particular básica, media superior y superior no existen programas de desarrollo artístico en cualquiera de sus géneros, y si existe es completamente insuficiente, pues los institutos de cultura y arte que tienen los gobiernos municipales y estatales, navegan en la nimiedad, en la falta permanente de recursos y más de las veces en  la corrupción.
 
     El Estado no tiene interés en desarrollar en los estudiantes ni menos en el pueblo el arte y la cultura, le conviene la ignorancia, el atraso, la mansedumbre, le interesa el control social y político, le interesa que la masa no tanga un pensamiento crítico educado, que le permita conocer con mayor profundidad las causas de los grandes males de la sociedad moderna, como la pobreza, el desempleo, la violencia etc., ¿y cómo remediar todos estos males? A través del arte y la cultura, ya que hacen del hombre un ser más capaz, más sensible, disciplinado, laborioso y educado, le permite tener un pensamiento crítico, desarrollado y conocedor de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, hace que descubra los múltiples capacidades que posee y que las desarrolle espiritual y físicamente, y que le permitan cambiar su entorno para mejorar su vida y la de los demás.

    Pareciera como si el acceso al arte y a la cultura solo estuviera dedicadas a las clases privilegiadas, que son las que pueden ingresar a los eventos y a las exhibiciones de artistas renombrados o a espectáculos cuyos costos están muy por arriba de los ingresos de la inmensa mayoría de los ciudadanos mexicanos, al pueblo se le reduce sólo a sus ferias, a sus carnavales, a los espectáculos gratis o baratos, que muchas veces no enaltecen el espíritu humano.

    Pero finalmente este desprecio por la cultura y el arte por parte del Estado actual tiene sus efectos tarde o temprano, y eso se refleja en la existencia de una sociedad que crea, cada vez, más delincuentes, cuya violencia inaudita amenaza a la sociedad en su conjunto y que está presente en todos los estratos  de la sociedad, tal como lo podemos ver estos días en que  ha penetrado en los niveles de gobierno que deberían de estar luchando contra ella, haciéndola aún más grave y peligrosa, pues la falta de cultura y la inexistencia del arte en el hombre lo hacen proclive a usar las únicas formas que están a su alcance para abrirse paso por la existencia.

     Por lo anterior cobra importancia que el Movimiento Antorchista se preocupe por el arte y la cultura y que a través de su capacidad de convocatoria, demostrada en todos los eventos que realiza, logre la hazaña de hacer que miles y miles de jóvenes y adultos concursen primero en sus estados y después a nivel nacional en un evento de una verdadera fiesta de alegría y de talento.

     A través de esta participación le hacemos al público en general una atenta y cordial  invitación a pasar una verdadera verbena de color, de juventud y de belleza durante la semana que va del 31 de Agosto al 7 de Febrero en el hospitalario pueblo de Tecomatlan, es una experiencia inolvidable.