OnlyFans nació en 2016 como una plataforma para creadores de contenido de todo tipo, pero fue durante la pandemia que su popularidad explotó, especialmente en el ámbito del contenido para adultos. Lo que parecía ser una simple herramienta de monetización directa, terminó convirtiéndose en un fenómeno cultural que desafía convenciones sobre trabajo, intimidad, fama y poder. A continuación, con la colaboración de Louna's models, profundizamos en el tema.

Del estigma al empoderamiento

Para algunos sectores conservadores, OnlyFans representa una amenaza a las normas tradicionales de la sexualidad. Pero para miles de personas, especialmente mujeres, disidencias y trabajadores sexuales, la plataforma ofreció una forma de autonomía económica y control sobre su imagen. El discurso dominante ya no se limita a la moral: ahora se discute el derecho a elegir, a emprender, a existir sin intermediarios.

La economía del deseo: una nueva forma de microcelebridad

OnlyFans también transformó las reglas de la fama, explican en la mencionada agencia de marketing Onlyfans. Hoy, personas comunes pueden generar ingresos sostenidos gracias a una audiencia fiel. No se trata de millones de seguidores, sino de unos pocos que estén dispuestos a pagar. Esta dinámica introdujo el concepto de la “microcelebridad monetizada”, donde la cercanía e interacción son más valiosas que la masividad.

El contenido íntimo como trabajo digital

Aunque muchos aún lo ven como “dinero fácil”, el trabajo en OnlyFans implica estrategia, producción, marketing y gestión emocional. Crear contenido sostenido que conecte con una audiencia requiere habilidades que no siempre son reconocidas. Además, las presiones de la exposición y la constante demanda pueden generar un desgaste psicológico que todavía se está empezando a estudiar.

Diversos artistas, músicos e influencers encontraron en OnlyFans una vía directa para monetizar sin intermediarios. Cantantes como Bhad Bhabie o actores como Tyler Posey usaron la plataforma no solo como fuente de ingresos, sino como declaración de independencia. En algunos casos, el contenido ni siquiera era sexual, sino exclusivo y personalizado. El arte también se coló en este ecosistema, desdibujando aún más las fronteras.

¿Un modelo que llegó para quedarse?
 Con más de 190 millones de usuarios registrados y miles de millones en transacciones, OnlyFans ya dejó una huella imposible de ignorar, afirman es esta agencia que se considera la mejor agencia OnlyFans. Pero también abrió preguntas difíciles: ¿Cómo se regulan estos espacios? ¿Qué pasa con la seguridad digital? ¿Qué significa exponer el cuerpo en tiempos de algoritmos?

Mientras tanto, el impacto cultural de OnlyFans sigue expandiéndose, impulsado por una generación que encontró en la conexión directa una nueva forma de expresión y supervivencia.