Nueva York.-  Hospitales, departamentos de salud de los estados y el gobierno federal de Estados Unidos están en una carrera para decidir qué hacer con millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 de Johnson & Johnson que expiran este mes, destacó The Wall Street Journal.

El diario dijo que la perspectiva de que muchas dosis vayan a la basura cuando países en desarrollo está desesperados por obtenerlas agregaría presión a la administración Biden para compartirlas. Pero hay pocas soluciones prácticas para adminístralas rápidamente o distribuirlas a tiempo a países extranjeros, de acuerdo con personas involucradas en el manejo de la vacunación.

La reserva es, en parte, una consecuencia involuntaria de la decisión de Estados Unidos en abril de suspender temporalmente la administración de dosis de J&J para evaluar un riesgo poco común de coágulos sanguíneos. La pausa obligó a los estados y proveedores a cancelar grandes bloques de citas que nunca se reprogramaron, lo que dejó un excedente de suministro y, en algunas áreas, aumentó la duda sobre la seguridad de la vacuna J&J, según funcionarios de la industria.

Algunos hospitales y estados dicen que las vacunas de Pfizer Inc. y su socio BioNTech SE, así como Moderna Inc., expirarán a finales de este verano, pero las existencias hasta ahora son en gran parte de dosis de J&J. La vacuna de Pfizer vence seis meses después de su fabricación. La vacuna de Moderna puede permanecer congelada hasta por seis meses, durante los cuales se puede refrigerar por un mes, destacó el Journal.

Pensilvania, Virginia Occidental, Oklahoma y Arkansas se encuentran entre los estados que informan que tienen miles de dosis de J&J que vencen este mes y no han podido redistribuirlas, indicó el diario.

Los hospitales y los departamentos de salud pública que ofrecen las vacunas han comenzado promociones especiales para usar las vacunas de J&J antes de que se estropeen. Algunos sistemas de salud los han redistribuido dentro y fuera de sus redes, y algunos estados los han redirigido a consultorios médicos, farmacias u otros estados.

Los esfuerzos han tenido un éxito limitado debido a la desaceleración de las vacunaciones en general en la nación y porque muchos estados y lugares de vacunación también tienen un suministro de J&J que vence y no ven demanda de más dosis.

J&J almacena las dosis congeladas hasta que el gobierno las envía, momento en el que se refrigeran. Las dosis se pueden refrigerar durante tres meses y el fabricante de medicamentos está estudiando si se puede extender la vida útil, dijo un portavoz de la compañía.

Las vacunas Covid-19 vienen con información de caducidad, que es determinada por los fabricantes en función de los datos de las pruebas que luego son aprobados por los reguladores. Las vacunas aún pueden funcionar después de las fechas de vencimiento, según los expertos en fabricación, pero los datos eran limitados cuando se autorizaron las vacunas.