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Qué es la inmunidad esterilizante y cómo podría lograrse en México durante la pandemia

Se necesita que 75% de los mexicanos obtengan la vacuna.

CDMX.- Las estrategias de México rumbo a la inmunización de todos los ciudadanos han seguido diferentes líneas, y en este momento se centra en la aplicación de vacunas para todos los mayores de 18 años, aunque el avance aún se mantiene en mayores de 60, así como maestros o comunidad médica de primera línea.

Sin embargo, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, indicó que existe una táctica denominada inmunidad esterilizante, que podría resultar de la aplicación de vacunas.

De acuerdo con el funcionario público mexicano, se trata de la probabilidad de que una persona vacunada ya no pueda transmitir el virus, “que ya no pueda tener la condición de portador asintomático”.

Aseguró que este es uno de los objetivos adicionales que persiguen las autoridades epidemiológicas en México, pero existen diversos obstáculos que podrían dificultarlo.

Se trata de la nula información directa sobre la capacidad que tienen las vacunas que fueron adquiridas por el gobierno federal para evitar que la persona vacunada transmita el virus a sus familiares, a sus amigos, a la comunidad.

“Sin embargo, se piensa, por la forma en que actúan estas vacunas y por el hecho de que el nivel de inmunidad es importante, que es muy probable que se logre demostrar que también tienen esta condición que se llama inmunidad esterilizante, que es la que confiere la protección a los demás, a quienes rodeamos a alguien vacunado”, aseguró el epidemiólogo encargado de la estrategia del combate al virus SARS-CoV-2 en el país.

Por lo anterior, consideró que esta protección indirecta es muy útil, pues también es la que “llevaría en un momento dado a que cuando se alcanzan porcentajes importantes de protección en la población, empiece a reducirse la epidemia, empieza a reducirse la ocurrencia de nuevos casos”.

Pero aquí se enfrentan a otro importante obstáculo, pues de acuerdo con los datos otorgados por el funcionario en conferencia de prensa, se requiere que sea un porcentaje amplio de la población la que sea vacunada.

Será hasta que por lo menos el 70 o 75 por ciento, o tres cuartas partes de los mexicanos estén en condición de vacunados, cuando se empezará a ver su efecto sobre la persistencia de la epidemia.

Por otra parte, el subsecretario reveló que en caso de las vacunas COVID-19, en la mayoría de los ensayos clínicos de fase tres se contemplaron algunos de los objetivos principales, para los que se estimó su eficacia o “qué tan poderosas son para proteger contra la infección, contra la enfermedad, la enfermedad grave e incluso contra la muerte.

Informó, además, que hasta el momento, se conoce gracias a los estudios clínicos que en cuanto a las que otorgan protección contra la enfermedad, la mayoría de las vacunas están entre 60 hasta 96 por ciento de eficacia.

Le siguen aquellas que protegen contra la enfermedad grave, las cuáles estarían cercanas al 100 por ciento de protección; seguirían aquellas con protección contra el riesgo de morir por COVID, mismas que están cercanas al 100 por ciento, y en algunas en forma absoluta llegan al 100 por ciento.

Los números anteriores, dijo, son alentadores “porque quiere decir que si usamos vacunas contra COVID, estaremos disminuyendo de manera directa la probabilidad de muerte, pero también la enfermedad grave y con ello estaremos previniendo que las personas necesiten hospitalizarse y también en un porcentaje nada despreciable, 60 y hasta el 95% protegemos contra cualquier forma de la enfermedad, así sea la más leve”.

 

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