Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, San Sebastián Tutla, Oax., 11 de Febrero 2021.- “Doy gracias por este día en especial para mí por el orden sacerdotal que Dios me ha concedido por éstos 19 años de sacerdocio, pidiéndole a Dios que me conceda su espíritu y salud para seguir adelante con este ministerio”, señaló el presbítero Ricardo Vásquez Ojeda, titular parroquial de Nuestra Señora del Rosario.

Ante sus hermanos de sangre y de fe, agradeció de igual forma a quienes han contribuido en el proceso de restauración de este templo católico, Damos gracias a Dios y pedimos por la conversión de nuestros hermanos, porque termine esta pandemia, por todos los niños, jóvenes y adultos; también pidió a la Santísima Virgen María, en su advocación de la Virgen de Lourdes para que brille como signo de salud y esperanza para todos los enfermos que evocan su ayuda, por su salud y recuperación.

Por todas las familias, por nuestros sacerdotes, diáconos, religiosas. Vásquez Ojeda pidió también por el Señor Arzobispo, Héctor González Martínez, quién le ordenó en su vocación para que Dios le conceda su gracia, así como también pidió por el descanso de todos los fieles difuntos y las ánimas del purgatorio.

En Oración colecta pidió a Dios, misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que, quienes celebramos la conmemoración de la inmaculada Madre de Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. En su homilía, convocó a todos los católicos a vivir en comunión como parte fundamental de nuestra existencia del ser humano, “Ninguno se realiza de manera aislada o solitaria, sino viviendo en comunión a partir de la vida familiar, vecinal, con las personas más cercanas, los propios compañeros del trabajo, la escuela, debemos apoyarnos mutuamente y ayudarnos a crecer. “No seamos egoístas, crezcamos en virtudes para nuestra realización”.

Vásquez Ojeda, amigo, hermano, padre y pastor de las capillas y parroquia de Nuestra Señora del Rosario, dio gracias por el don del Sacerdocio que le concedió Dios. “Es un don del cielo, así como todos los sacramentos, gracias que Dios nos da, este ministerio, no es un privilegio ni una dignidad mayor a de los demás bautizados, el bautismo nos hace dignos a todos.

El orden sacerdotal es un ministerio, servicio para la comunidad e Iglesia, Dios nos llama algunos para representarlos sacramentalmente en el ministerio, donde Cristo está sacramentalmente presente, pero ahí lo está de manera sustancial, su presencia viva, real y todos los bautizados tenemos que ser una representación de Jesús, de Cristo”.

Dios nos llama e invita dentro de la comunidad cristiana, ninguno de nosotros podemos decir: “Yo merezco ser sacerdote, sino es un don que Dios nos concede a algunos, Dios nos llama a pesar de nuestras debilidades, pero estamos llamados a superarlas con la gracia de Dios, así como todos los bautizados´

Cristo sigue realizando la salvación por medio de los sacramentos, sigue anunciando el Evangelio por medio de la predicación y el ministerio sacerdotal; necesitamos de la oración de ustedes para superar esas debilidades que se dan en la condición humana.

El Padre Ricardo, en sus 19 años de servicio ha estado en las parroquias de San Pedro Apóstol, Santa María Ozolotepec y actualmente se encuentra en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Recién ordenado fue enviado a una comunidad de Ixtayutla y estuvo como formador en el Seminario Menor.

Ante la grey católica reiteraba: “Solicito su oración y colaboración, el hecho de ser Sacerdote es para estar dentro de la comunidad, animarles y caminar al encuentro definitivo con Dios.

Ser sacerdote no me pone por encima, sí al frente de la Iglesia por el Sacramento, todo sacerdote estamos representando a Cristo cabeza, pero el que representa en primer lugar es el Obispo, representa a Cristo en la Diócesis y nosotros, los párrocos, somos colaboradores del Obispo y al estar de párrocos representamos al Obispo.

Esa es la finalidad del orden sacerdotal de presentar sacramentalmente a Cristo, cabeza de la Iglesia, pastor de la Iglesia, por eso a veces nos llaman pastores, y por ello, pido a Dios que con la ayuda de ustedes también llegue a ser un buen pastor. “Vayamos juntos, caminando, creciendo, edificándola, el ministerio tiene sentido cuando está la comunidad y en función de la edificación de la Iglesia, para hacerla crecer y para trabajar por el reino de Dios y un medio para salvar a los que están lejos”.

Trabajando dentro de la Iglesia y, reiteraba, por la comunión de todos, sin divisiones ni críticas, corrigiendo, trabajando y superando las diferencias que tenemos; pongamos toda la riqueza que tiene cada uno al servicio de la comunidad y aprovecharla para edificar nuestra Iglesia y ser testimonio del mundo, fomentemos y cultivemos nuestra vida cristiana, demos buen testimonio como Iglesia y por las vocaciones.

Es, puntualizaba, Dios quien llama y elige, pero también quiere que nosotros lo promovamos así será más fácil que los jóvenes escuchen el llamado de  Dios y respondan, pidamos a Dios como dice Jesús: “Pidan al dueño de la mies que envíe operarios a su viña”,  que todos nos vayamos comprometiendo y así, nuestra vida cristiana vaya creciendo y saliendo adelante.