Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Oaxaca.,.- En celebración eucarística, el presbítero de esta demarcación religiosa, Ricardo Vásquez Ojeda, para gloria de Dios y para nuestra salvación, agradeció al Señor, por sus cinco años de trabajo pastoral que realiza en este lugar. Acompañado de los católicos del fraccionamiento El Rosario, dio gracias a Dios por celebrar nuevamente la santa misa en este templo parroquial, luego de los trabajos de reconstrucción por la afectación en su estructura derivadas de los sismos de septiembre de 2017.

Previo a este inicio religioso y en cumplimiento a todos los protocolos sanitarios, con escasa presencia de feligreses, Vásquez Ojeda, quien sirviendo con caridad y alentando la esperanza entre los asistentes y  de quienes de manera virtual siguen las transmisiones en redes sociales, en acción de gracias, también, por todas las personas que apoyaron en los trabajos de esta obra a través de su servicio, bienes materiales y de manera económica, así como a la Divina Providencia y a los bienhechores María Guadalupe y José Ayala.

      Vásquez Ojeda, quien ha servido como sacerdote y hermano, con una profunda confianza y fe en su iglesia y con un gran corazón de pastor, enalteció al Señor por sus cinco años de servicio en este lugar, pero de manera especial, por celebrar junto a sus feligreses hermanos de fe y de sangre, así como con las personas más cercanas, los agentes de pastoral, catequistas e iglesia en su conjunto.

“Sólo Dios sabe lo que hemos avanzando en nuestro ejercicio sacerdotal y ministerio para el crecimiento de la vida cristiana de todos nuestros hermanos de fe, para alcanzar la salvación como tarea propia de la iglesia por el reino de Dios.

      No ha sido fácil, porque antes de esta Pandemia, teníamos un plan pastoral de la Diócesis, pero tuvimos la necesidad de adecuar y recomenzar nuestra tarea para seguir creciendo en la fe. Gracias a Dios, todos los días hemos continuado celebrando, pero hay otras parroquias que en estos momentos no cuentan con un párroco, derivado de esta contingencia sanitaria, por ello, pedimos por todos nuestros hermanos enfermos y por quienes han perdido la vida, así como por todo el personal médico y de servicios.

      Vásquez Ojeda, también pidió perdón a Dios si no ha dado buen testimonio. Si no he respondido como debe ser e igualmente, pidió perdón a toda su iglesia si en algún momento les he faltado.

      Al participar del sacerdocio de Cristo, agregó también que estas gracias a Dios son un compromiso personal y de la iglesia para seguir caminando y avanzando. Agradezco, a la Divina Providencia, pero también me sigo encomendando a ustedes, a sus oraciones para responder a la gracia que Dios me ha dado.

      En presencia de su señora madre, Doña María Martha Ojeda Ignacio, agradeció también el apoyo de su hermano Gonzalo Vásquez Ojeda, así como de Alejandra Villafañe Hernández, secretaria parroquial para su ejercicio ministerial al igual que de Alejandra Caballero, quien por conducto de medios electrónicos, ha hecho posible la transmisión de todas las celebraciones religiosas y a todas las personas que colaboran diariamente.

      Reconoció que como en todo proceso hay muchas limitaciones, necesito de todos y que otros más se incorporen a nuestra Parroquia y nos involucremos todos como familia para seguir caminando y haciendo útil y le demos vida a nuestra Parroquia viva, dinámica y para ello pedimos a Dios nos de salud y juntos seguir trabajando.

      Estuvimos en el atrio, celebrando casi dos años por estos trabajos de restauración, tuvimos muchas adversidades, pero gracias al matrimonio de María Guadalupe y José Ayala, fue posible todo este trabajo y la construcción de la capilla del Santísimo Sacramento, aunque reconoció, aún faltan algunos detalles y su mantenimiento, pero sobre todo, a petición de nuestros benefactores, asumiendo un compromiso delante de Dios integraremos grupos de oración para que el Santísimo Sacramento siempre esté acompañado.

      El presbítero enfatizó que la bendición de estos trabajos será realizada por el Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos en fechas posteriores por la actual situación sanitaria.

      Los trabajos realizados, resaltaban, “Son un regalo de Dios que debemos aprovechar, comprometiéndonos a formar diversos grupos de trabajo material, de formación cristiana y de vida sacramental y para ello, requerimos la incorporación de todos los bautizados como un gesto de amor para tener un lugar especial para Dios y para vivir nuestra fe”.

      “No nos cansamos de dar gracias a Dios por este regalo, por este templo, pidiéndole a Dios por todos ustedes, para Gloria de Dios y para nuestra salvación”.