El petróleo Brent alcanzó un máximo de $70.74 el barril, el más alto desde mediados de septiembre, cuando se disparó brevemente por un ataque a las instalaciones de procesamiento de crudo de Arabia Saudita. Los mercados bursátiles también bajaron en medio de los temores de cómo Irán cumpliría un voto de “dura represalia”.

“El mercado está preocupado por el potencial de represalias, y específicamente por la infraestructura energética y petrolera de la región”, dijo Antoine Halff, investigador de la Universidad de Columbia y ex analista jefe de petróleo de la Agencia Internacional de Energía. “Si Irán eligió incapacitar una instalación importante en la región, tiene la capacidad técnica para hacerlo”.

Los Estados Unidos mataron al general iraní Qassem Soleimani en Irak el viernes. En la madrugada del domingo, mientras Irán amenazaba con tomar represalias, el presidente Donald Trump twitteó que Estados Unidos estaba preparado para atacar 52 sitios en la República Islámica si algún estadounidense resultaba dañado.

Los temores de que Irán pudiera devolver el golpe a las instalaciones de petróleo y gas importantes para Estados Unidos y sus aliados del Golfo Pérsico se derivan de ataques anteriores ampliamente atribuidos a Irán.

Estados Unidos ha culpado a Irán de una ola de ataques provocadores en la región, como el sabotaje de petroleros y un ataque a la infraestructura petrolera de Arabia Saudita en septiembre que redujo temporalmente a la mitad su producción. Irán ha negado su participación en esos ataques.

“Los ataques contra la infraestructura petrolera podrían aumentar los precios y causar dolor económico en todo el mundo y poner a Irán en el primer plano”, lo que podría ser exactamente el tipo de mensaje que sus líderes quieren enviar, dijo Jim Krane, investigador de energía y geopolítica de la Universidad Rice.

En comparación con otros métodos de ataque, el ataque a sitios energéticos “no mata a mucha gente”, dijo Krane. “Es intensivo en capital, no en personas”. Es una opción más segura en términos de la virulencia de las represalias”.

Aun así causaría estragos en la economía mundial, dijo, debido a la manera en que los mercados petroleros afectan a otras industrias de uso intensivo de energía como las aerolíneas, el transporte marítimo y los productos petroquímicos.

Los mercados bursátiles mundiales han estado cayendo desde el viernes. Los índices europeos cayeron más de un 1% el lunes después de que Asia cerrara a la baja. Se esperaba que Wall Street volviera a caer en la apertura, con los futuros a la baja en un 0,6%.

El crudo Brent subió $1.07 a $69.67 el barril, subiendo casi un 6% desde antes de la matanza del general iraní.

Al mismo tiempo, algunos expertos afirman que el efecto de la crisis geopolítica de Oriente Medio en el precio del petróleo podría no ser tan grande como alguna vez lo fue. La industria energética estadounidense, por ejemplo, puede aumentar la producción de petróleo de esquisto en lugares como Texas.

“Estamos en este nuevo territorio donde los mercados mundiales del petróleo son más dinámicos y pueden tolerar esta interrupción más de lo que solían hacerlo”, dijo Michael Webber, profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Texas en Austin.

Las tensiones entre Estados Unidos e Irán se han intensificado constantemente desde la decisión de Trump de retirarse del acuerdo nuclear de 2015 y restaurar las sanciones paralizantes.

Pero después del ataque a la crucial instalación de procesamiento de petróleo de Abqaiq en Arabia Saudita en septiembre, Halff dijo que el “mercado fue capaz de descartarlo bastante rápido, en parte porque existía la percepción de que el petróleo de esquisto era bastante abundante”.

Después de ese incidente, el precio del petróleo subió más del 14% en un día, pero perdió esas ganancias en las dos semanas siguientes.

Halff dijo que el asesinato del principal general de Irán es diferente.

“Esto no es algo que pueda ser reparado”, dijo. “Se puede reparar una instalación. No puedes devolverle la vida a alguien. No hay vuelta atrás”.