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Por qué la NASA quiere explorar la luna Europa de Júpiter
La NASA aprobó que los científicos de la misión Europa Clipper procedan con el diseño final y la construcción de la nave espacial que enviarán a sobrevolar el satélite entre los años 2023 y 2025.
La luna Europa está cubierta por una corteza de hielo. Debajo de esta capa congelada, los investigadores creen que el satélite contiene un cuerpo de agua de 170 km de profundidad.
Y este océano podría tener las condiciones adecuadas para albergar vida.
"Todos estamos entusiasmados con la decisión que lleva a la misión Europa Clipper un paso más cerca de descifrar los misterios de este mundo oceánico", dijo este lunes Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
"Estamos trabajando a partir de los conocimientos científicos recibidos de las sondas Galileo y Cassini para avanzar en la comprensión de nuestro origen cósmico, e incluso de la vida en otros lugares", aseguró.
Europa Clipper investigará en profundidad el mundo acuático de Europa, incluyendo si podría tener condiciones adecuadas para la vida en el océano existente bajo su superficie.
Las interacciones gravitacionales de Europa con Júpiter generan fuerzas de marea y calor que mantienen el océano de Europa en estado líquido.
Este fenómeno puede incluso abrir fisuras volcánicas en el fondo marino.
En la Tierra, tales sistemas de ventilación albergan una amplia gama de formas de vida.
Además, hallazgos recientes sugieren que la capa de hielo que cubre a la luna Europa contiene cloruro de sodio (NaCl), el principal componente de la sal que usamos en nuestras comidas.
Los científicos aún deben comprobar si el NaCl proviene del océano que está debajo de esta capa de hielo. De ser así, podría significar que en el océano de Europa hubo procesos químicos parecidos a los que tuvimos en la Tierra.
Columnas de hielo en erupción
La nave espacial llevará nueve instrumentos científicos -incluidas cámaras y espectrómetros para producir imágenes de alta resolución de la superficie de la luna-, un magnetómetro para medir la fuerza y dirección de su campo magnético -que proporciona pistas sobre la profundidad y la salinidad del océano- y un radar para determinar el grosor de la corteza helada sobre el océano.
La capa de hielo podría tener decenas de kilómetros de espesor. Afortunadamente, los científicos piensan que hay varias maneras de que el agua del océano llegue a la superficie de Europa.
En los últimos años, el Telescopio Espacial Hubble realizó observaciones provisionales de columnas de hielo de agua en erupción desde debajo de Europa, al igual que sucede en la luna Encélado de Saturno, que también tiene un océano debajo de su superficie.
Radiación intensa
La misión Europa Clipper acaba de superar una etapa llamada Key Decision Point C, un marcador crucial en el camino hacia la plataforma de lanzamiento.
Pero lo cierto es que se han necesitado décadas para lograr que una misión como Europa Clipper llegue tan lejos.
Las primeras propuestas para explorar Europa surgieron en la década de 1990, cuando los datos de la sonda espacial Galileo ayudaron a generar evidencia de la presencia de un océano debajo de la superficie.
Pero los proyectos se veían frustrados, en parte debido a los costos y los desafíos que plantea el entorno espacial alrededor de Júpiter.
Los científicos creen que el océano de Europa puede contener cloruro de sodio, o sal de mesa.
El camino orbital de Europa la lleva a los cinturones de radiación intensa que rodean a Júpiter.
Esta radiación freiría los sistemas electrónicos de una nave espacial, lo que limita la duración de una posible misión a meses o incluso semanas.
Así, en lugar de orbitar alrededor de Europa, Clipper realizará sobrevuelos cercanos a la luna para reducir su exposición a las partículas energéticas del campo magnético de Júpiter.
Con información de BBC.