El domingo 26 de agosto, tres hermanos que paseaban por una playa cercana a la ciudad de Wellington, en Nueva Zelanda, realizaron un sorprendente hallazgo.

Daniel, Jack y Matthew Aplin encontraron el cadáver de un calamar gigante de 4.2 metros de largo, al que midieron con cinta métrica para dar crédito a lo que habían hallado en uno de sus paseos.

Debido al tamaño del cefalópodo que encontraron varado en la playa neozelandesa, los tres hermanos dieron aviso al Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica (NIWA, por sus siglas en inglés), para que su personal recogiera el cadáver.

Fue tras un par de horas de análisis, que se descubrió que si bien el ejemplar de este calamar es bastante grande, no es raro pues se han documentado casos de cefalópodos de un tamaño aún mayor.

Por otro lado, la página de Facebook especializada en divulgación de información de vida marina, Ocean Hunter, compartió fotos del cadáver a través de una de sus publicaciones, mismas que se viralizaron rápidamente.

A partir de la publicación de las fotos, algunos internautas comenzaron a discutir la posibilidad de encontrar animales aún más grandes en las profundidades del océano.

Otros internautas compartieron sus teorías sobre el destino del cefalópodo, indicando que tal vez era un morador de las aguas profundas que se vio atrapado en una corriente de agua que lo llevó hasta la playa.

Algunas personas incluso culparon a la industria pesquera del deceso del calamar gigante, pero hasta el momento, no se ha logrado determinar qué lo pudo haber matado o llevado a las arenas de las playas neozelandesas.

Las fotos compartidas en redes sociales han acumulado miles de likes y cientos de comentarios de internautas de todo el mundo.