- Salud
Durante años le diagnosticaron una alergia, pero resultó ser una extraña enfermedad
~~Kendra Jackson (52) vivía congestionada y pasaba todos los días estornudando, por lo que fue a un médico para saber si estaba enferma. Durante años, le diagnosticó una alergia nasal, pero resultó ser algo mucho peor: todo ese tiempo tuvo una “fuga” de líquido cefalorraquídeo que salía de su cráneo.
Cuando todo comenzó hace dos años, la mujer pensó que sólo tenía tendencia a enfermarse, por eso vivía con mocos y alergias. Pese a los cuidados que tenía, no sólo los síntomas no desaparecieron sino que empeoraron y se hicieron constantes.
"Seguí yendo y viniendo a los médicos, y me prescribieron todo tipo de medicamentos", dijo a ScienceAlert, un medio digital estadounidense especializado en medicina.
Jackson, de Nebraska, Estados Unidos, describió los síntomas como “una cascada continua de fluidos que luego corría hasta la parte posterior de su garganta”. Pero no era lo único, mientras tanto, también sufría dolores de cabeza y estaba teniendo dificultades para dormir.
Luego de 24 meses, pidió turno para tratarse con especialistas del Centro de Medicina de Nebraska porque algo dentro de ella le decía que su salud no andaba bien. Allí fue diagnosticada con una fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR), una condición en la que el líquido acuoso que rodea el cerebro se derrama a través de un agujero o rasgadura en el cráneo y luego drena en los oídos o la nariz.
Los médicos le explicaron que, por esto, estaba perdiendo aproximadamente medio litro por día por la nariz. "Una de las cosas que dijo que me llamó la atención fue que se despertaba y que su camisa entera estaría cubierta por este drenaje de su nariz", explicó Carla Schneider, la asistente médica que la trató, al mismo medio.
Si el cerebro se mueve, el líquido cefalorraquídeo funciona como un amortiguador y lo protege junto a la médula espinal. El cuerpo reemplaza este líquido diariamente, ya que se absorbe en el torrente sanguíneo. Cuando hay una fuga, el líquido se filtra a través de un agujero en el hueso del cráneo.
El pasado 23 de abril, Jackson se sometió a una cirugía para detener la fuga. Colocaron un injerto de tejido graso para cerrar el agujero y ahora los médicos esperan su recuperación para saber si tuvieron éxito.
Según explicaron los especialistas, esta condición le ocurre a aproximadamente una de cada 200.000 personas cada año. En el caso de la mujer, creen que lo que le disparó esta fuga fue un accidente automovilístico que tuve en 2013, en el que se golpeó la cara y el trauma de una lesión en la cabeza es una de las formas en que las filtraciones del líquido pueden ocurrir.