- Política
Entrevista a Ifigenia Martínez, política mexicana
Por: Juan Díaz Carranza.
La maestra Ifigenia Martínez es una reconocida política mexicana. Economista, académica y diplomática de la UNAM. Fue la primera mexicana graduada con maestría y doctorado en economía por la Universidad de Harvard. Colaboró en Naciones Unidas y encabezó junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo la Corriente Democrática, precedente inmediato del PRD, del que fue miembro central en su fundación. En esa elección de 1988, ella y Muñoz Ledo ganaron desde la oposición y, por primera vez, el Senado de la República en el entonces Distrito Federal. Pero tal vez lo más importante es que a lo largo de su carrera profesional la ha distinguido sus valores y consistencia, una muestra de ello fue su activa participación durante el conflicto estudiantil de 1968 cuando la maestra era Directora de la Escuela de Economía de la UNAM. Otros, la conocen como una catedrática que formó en sus aulas a personajes destacados de la vida nacional, entre ellos, el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Hace poco más de dos semanas tuve el privilegio de conocer a la maestra Ifigenia en la boda de dos grandes amigos. Una de las anfitrionas, a quien admiro y aprecio, me la presentó y me sentó a su lado. Conversamos unos minutos, y fácilmente construimos afinidad cuando le compartí que había cursado la maestría en economía en la UNAM. Ella con una sonrisa en su rostro me interrogó acerca de las materias, época y maestros que me habían dado clase. Me enteré que muchos de ellos fueron sus alumnos. Le expresé mi reconocimiento y le devolví esas amables preguntas con otras que fueron el preludio de esta entrevista.
-¡Maestra, ¿y qué tal, le gusta Oaxaca?- me dirigí a ella con la cálida informalidad que me acostumbraron mis maestros de la UNAM.
-¡Precioso!, es de mis estados favoritos. Siempre que vengo, ya no me quiero ir. Me respondió mientras se acomodaba en aquella silla acojinada de la mesa principal.
El ruido de la música apenas permitía que nos escucháramos, pero las ganas de platicar pudieron más. Me ganó el morbo, sabía que la plática podía ser corta y no me quedé con las ganas de preguntarle:
-¿Cómo era Salinas como alumno?
– El expresidente Salinas fue buen muy buen estudiante, lo recuerdo inquieto y sobresaliente, me respondió.
La charla se alargó algunos minutos más, hablamos de política, de Oaxaca, de su juventud, de los últimos posicionamientos de economistas; y obvio, aproveché la ocasión para comentarle mi labor como entrevistador y le solicité me concediera unos minutos en la CDMX para realizarle esta entrevista.
Coyoacán, Ciudad de México.
Maestra, usted junto con otros personajes de la política nacional se opusieron al presidencialismo en los 80´s. ¿Cuál es su balance a 30 años de distancia?
-Yo siempre he considerado que los intelectuales y la clase intelectual no debe estar sujeto a un patrón de pensamiento, por muy eficiente que sea. Siempre se piensa que los grupos intelectuales van a tener cierta independencia respecto a lo político. Fue así cuando Miguel de la Madrid gobernaba, un grupo de mexicanos teníamos una opinión independiente, en el que sobresalían las voces de mis queridos amigos Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Veníamos de haber participado en Naciones Unidas en Nueva York, donde tuvimos la oportunidad de participar en los debates del Consejo Económico Social sobre el establecimiento de un nuevo orden económico internacional. En fin, fue una época que yo recuerdo muy movida intelectualmente hablando.
Pero en sí, alcanzo a percibir un ligero avance democrático en nuestro país.
¿Cómo ve a la democracia hoy en día?
Yo creo que el peso demográfico que ha tenido el país es un elemento muy importante a considerar. La democracia está íntimamente ligada al crecimiento de nuestra población. Imagínese, cuando yo estaba en preparatoria éramos 20 millones de mexicanos y se hacía mucha propaganda con esta cifra porque veníamos de uno de los primeros censos que demostraba que años anteriores la población era de 14 millones de habitantes. Ahora somos más de 120 millones de mexicanos y este crecimiento demográfico está marcando de manera determinante la agenda política del país.
Usted fue varias veces legisladora, ¿Qué opinión le merece que los avances de las legislaturas anteriores por ejercer una autonomía plena hayan quedado en el pasado y, hoy algunos críticos califiquen al parlamento mexicano como oficina de trámites del Ejecutivo?
No lo veo así. Yo creo que el debate sigue vivo, y qué bueno, al contrario, yo creo que confirma que el país tiene un ritmo muy acelerado y los políticos debemos estar a la altura de las exigencias de la actualidad. Aprovecho para reconocer la labor de los medios de comunicación, porque la prensa ya ocupa un papel muy importante en la vida de todos los mexicanos que nos permite estar enterados y exigir a nuestros representantes resultados. Sé que en nuestro Congreso, a veces más y a veces menos, pero debe seguir prevaleciendo la riqueza del debate y fomentar el continuo estudio de los parlamentarios, para tener buenas y buenos tribunos.
Usted estudió economía por influencia de su padre que le decía que México requería de economistas para impulsar mejores niveles de vida en nuestra población. ¿Qué tan cerca o tan lejos estamos de ese propósito que usted se fijó?
Como lo había mencionado antes el país es mucho más grande y complejo que cuando yo era una joven universitaria. Pero sí te puedo compartir satisfacciones personales que desde mi profesión me han permitido servir a mi país, desde la academia y también desde responsabilidades públicas. Por ejemplo, veo avances en el desarrollo de instituciones y programas, como lo fue “Escuela para todos” que tuve la suerte de participar como coordinadora de asesores del Dr. Jaime Torres Bodet, entonces secretario de educación. Este programa tenía un objetivo muy noble: que no hubiera niño en la República Mexicana que no tuvieran acceso a la escuela. Y se cumplió.
Hay voces que aseguran que nuestro modelo económico no es tan productivo ni tan distributivo como debería ser. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Que tiene la razón. El Congreso mexicano tiene una gran responsabilidad también en este tema, porque el ingreso nacional esta inequitativamente distribuido. A mí me tocó ser quizá una de las primeras en tratar de cuantificar este fenómeno en toda América Latina, me encontré que un grupo pequeño de la población, el 10 o 20% se queda con gran parte del ingreso nacional. Lo que significa también, que hay campo para poder grabar a este sector que tiene los mayores ingresos, para que puedan contribuir al desarrollo de todos. Esa es la idea que hemos tenido muchos economistas y que hemos tratado de influir en la política fiscal.
Hablemos de la Reforma Energética ¿Cuál es su opinión de que Pemex no haya participado en las licitaciones de sus propios yacimientos en la ronda 1?
Me sorprende y francamente me preocupa. Porque se trata del sector estratégico más importante para nuestro país, el cual debería estar dirigido por una política de Estado moderna y democrática, y tal parece que no es así. Es una situación criticable porque por eso se nacionalizó nuestro petróleo, para convertir la política energética en la política de Estado que permitiera el desarrollo integral de nuestra Nación.
¿Dónde vamos a ubicar a la maestra Ifigenia?
Desde pequeña me he colocado a la izquierda, de manera que siempre he impulsado la unidad en los movimientos denominados de izquierda progresista, lamentablemente el PRD ha desvirtuado los objetivos ideológicos por el cual lo fundamos. Por lo pronto yo seguiré dando la lucha desde la izquierda. Quizá me animaría a regresar al Senado de la República, estoy valorando las diferentes opciones. Estoy convencida que el candidato más representativo para que el país pueda salir adelante es el Lic. López Obrador y, en ese sentido extender una influencia de más Corrientes de expresión para una candidatura que ojalá sea victoriosa en la próxima contienda electoral. Morena se fortalece cada vez más.
¿Cuáles son los aspectos de obligada atención para quien pretenda gobernar al país?
Hay dos: el asunto de la economía y la cultura. Dos aspectos en los que se tiene que poner especial atención para los jóvenes desde secundaria, preparatoria y vocacional. En fin, en mi opinión debemos extender la obligatoriedad de la educación hasta la preparatoria e impulsar programas de educación complementaria.