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4 cosas importantes en la alimentación del bebé
El funcionamiento del sistema inmune y digestivo de un bebé alcanza su madurez hasta los 3 años, por lo que en el camino al menos 4 de cada 10 bebés sufren trastornos digestivos leves en sus primeros meses de vida debido a la inmadurez del sistema digestivo.
De los más comunes son cólico infantil (21%), estreñimiento (25%) y diarrea (11%).
Lo cierto es que, en los niños, las alteraciones digestivas afectan su vida normal, por lo que NAN3 de Nestlé ha creado esta campaña de nutrición saludable que, de la mano con especialistas, brindan consejos e información útil para una buena alimentación:
La leche materna es por mucho el mejor alimento para los bebés ya que aporta la calidad y cantidad óptima de proteínas para el adecuado desarrollo de los pequeños en cada etapa de crecimiento. Además, la leche materna es de fácil digestión, reduce el estrés sobre los riñones aún inmaduros y debe ser el único alimento que reciban los pequeños en los primeros 6 meses de vida. Evidencia científica demuestra que el consumo de leche materna ayuda a prevenir sobrepeso y obesidad en el futuro.
Previo a que la flora intestinal (microbiota) del bebé alcance cierta madurez, su pancita puede presentar malestares digestivos leves al integrarlo a la dieta familiar. Incluir en su alimentación la cantidad y calidad de proteína adecuada así como productos que contengan el probiótico L confortis como NAN3, puede ayudar a la correcta maduración de la flora intestinal y a incrementar significativamente la frecuencia de evacuaciones previniendo el estreñimiento y aminorando las horas de llanto por cólico.
Una dieta equilibrada que incluya todos los alimentos es el mejor hábito que se le puede inculcar a un pequeño, vigilar la calidad de los alimentos es indispensable. Estudios han demostrado que hoy los bebés llegan a consumir hasta el triple de proteínas de lo que realmente necesitan y este sobreconsumo puede llevar a una ganancia de peso excesiva; de hecho, los bebés que consumen más proteínas de las necesarias en una edad temprana han mostrado ser 2.43 veces más propensos a ser obesos a los 6 años.
Una vida activa, respetar los horarios de las comidas, hacer las comidas en familia con calma, respetar las señales de saciedad de los pequeños y beber la suficiente cantidad de líquido diariamente puede marcar la diferencia en la formación de hábitos adecuados.