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Japón levanta el estado de alarma en todo su territorio
Japón ha levantado este lunes el estado de alarma sanitaria sobre las cinco últimas prefecturas, incluida Tokio, donde aún seguía vigente esta medida para luchar contra la pandemia de covid-19. Según ha anunciado el ministro de Economía, Yasutoshi Nishimura, el panel de expertos que asesora al Gobierno ha respaldado el plan, después de un descenso gradual del número de nuevos contagios de coronavirus. El fin del estado de alarma permitirá reactivar más sectores de una economía que se encamina a lo que puede ser su peor contracción desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
“Ya no hay ninguna necesidad de un estado de emergencia en ninguna parte del país”, ha dicho Nishimura, aunque ha precisado que se debe mantener la cautela para evitar repuntes a medida que se vuelve a la normalidad. Las autoridades sanitarias han informado de 14 nuevos casos de covid-19 este domingo, que eleva a 50 las nuevas infecciones en una semana. El Gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, consideraba necesario bajar de 70 casos semanales, o 0,5 por 100.000 habitantes en un país de 126 millones de personas, para poder levantar el estado de alarma impuesto hace mes y medio a raíz de un repunte en los casos.
En una rueda de prensa posterior, el propio Abe saludaba la medida. “Hemos conseguido poner el brote bajo control en solo un mes y medio. Esto demuestra la efectividad del modelo japonés”, ha asegurado.
Además de Tokio, se levantará también la medida en las prefecturas vecinas de Chiba, Saitama y Kanagawa, así como Hokkaido, en el norte. El resto del país ya había emprendido la vuelta a la normalidad el 14 de mayo. Hasta el momento, el país ha registrado más de 16.000 casos y 800 muertes.
La legislación japonesa impide que el Gobierno pueda imponer un confinamiento estricto similar al que se ha decretado en países occidentales, y debe limitarse a rogar a los ciudadanos que permanezcan en casa. Pero el estado de alarma sí le permite dar instrucciones para que los comercios cierren o mantengan horarios más reducidos.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha indicado que en esta primera fase para la capital nipona podrán reabrir las escuelas, las bibliotecas y los museos, y los restaurantes podrán prolongar su horario de apertura dos horas más, hasta las diez de la noche. El béisbol, un deporte de enorme popularidad en Japón, podrá disputar partidos, aunque a puerta cerrada. Estarán autorizadas reuniones de un máximo de 50 personas.
La segunda etapa incorporará a los cines y teatros, y permitirá encuentros de hasta un centenar de personas. En la tercera fase, se autorizará la apertura de espacios cerrados, como salones de juego o cibercafés, y podrán reunirse hasta 1.000 personas. Cada etapa durará hasta dos semanas y se irá comprobando la evolución de las cifras de nuevos contagios. No hay fecha aún para que reanuden sus actividades los karaokes o las salas de conciertos, donde comenzaron algunos focos de infección.
Como en el resto de países que han emprendido la salida del confinamiento y de las medidas de limitación de movimiento, la “nueva normalidad” no será idéntica a la antigua. El Gobierno nipón ha pedido que se mantenga la distancia física y se continúe con el uso de las mascarillas. Los comercios, restaurantes e instituciones públicas también tendrán que observar una serie de medidas de seguridad y limitación de aforo.
El levantamiento del estado de alerta para las prefecturas que quedaban llega mientras el Gobierno japonés da los últimos toques a nuevas medidas para tratar de relanzar la economía, que en el primer trimestre del año ya entró en recesión y se encamina a una contracción aún mayor para el periodo entre abril y junio, que algunos analistas cifran en el 12%.
El mes pasado, Tokio ya lanzó un plan por valor de 117 billones de yenes (997.000 millones de euros) para apuntalar la economía. Según el diario Nikkei, el Gobierno de Abe tiene previsto anunciar este miércoles otro plan de ayuda por valor de 100 billones de yenes más (852.000 millones de euros), que se emplearán principalmente en asistencia financiera para las empresas. También se destinará una partida para un subsidio de nueva creación a los empleados que pierdan su trabajo. En total, los dos paquetes de asistencia suman en torno al 40% del PIB nipón.
Aunque Japón ha detectado menos casos que otros países desarrollados, su gestión de la pandemia ha recibido duras críticas, porque consideran que respondió tarde y dubitativamente. Un proyecto para enviar dos mascarillas de tela a cada casa levantó grandes protestas cuando muchas llegaron con manchas, insectos o mohosas. Todo ello, más la marcha de la economía, ha afectado a la popularidad del primer ministro, que según encuestas publicadas este fin de semana se ha precipitado por debajo del 30%.