- Gobierno
Reconocen a Gloria Carrizosa
Oaxaca.- Gloria Carrizosa, mujer de la zona mazateca que se negó a morir como morían sus cafetales y que aceptó el reto de producir café de especialidad, mérito que la llevó a ser considerada como una de las mejores mujeres productoras de café del mundo por la empresa “Vigilante Coffee” el año pasado.
Discreta, callada y reservada, como su paisana la “chamana” María Sabina, la productora mazateca Gloria Carrizosa, originaria de la comunidad de San Lucas Zoquiapam con su lote de café obtuvo el 2o. Lugar del Concurso a la Calidad del Café Mexicano Aromas 2017, organizado por “Caravela Coffee” y su aromático fue denominado como “El mejor café del año”, en tanto que en el 2018 obtuvo el 3er. Lugar en el mismo certamen.
La humilde productora de café, junto con otras mujeres fue reconocida en el evento del lanzamiento del proyecto “Manos de Mujer Oaxaqueña”, que organizada por el gobierno de Oaxaca que encabeza Alejandro Murat, a través del Clúster Café “Aroma de Oaxaca”.
Como miles de pequeños productores de café indígenas, Gloria Carrizosa es uno de ellos, de los que poco que sabe, a quienes para comprenderlos hay que acercarse a conocer su cultura y si bien su lenguaje – mazateco-, es indicador de su origen étnico, entre otros que existen en el estado, en muchos casos se convierte en una barrera para salir adelante.
“Me costó trabajo –dice Gloria como prefiere que la llamen-, saber qué era el café de calidad”, y como no entiende bien el español, en la mayoría de las ocasiones se apoyó de un intérprete para poder comprender lo que le decían.
Sin embargo, con paciencia, Gloria Carrizosa entendió que debía dejar de ser una simple recolectora para convertirse en pequeña productora. “Me propone producir café de calidad, para ver si obtenía un mejor dinero por mi café”, afirma. Y aunque nadie creía que ella pudiera lograrlo, menos los hombres que como en muchas comunidades del estado de Oaxaca, aplican la política de “usos y costumbres”, donde la mujer es ignorada y no tiene derecho a proponer ni a opinar.
Precisa que primeramente, atendió su pequeña parcela con esmero, siguiendo paso a paso las indicaciones, muchas veces traducidas.
Cuando la época de cosecha llegó, doña Gloria se armó de paciencia y le dedicó todo el tiempo posible a su encomienda, -tiempo es lo a los productores de café-.
Fue bastante tiempo el que dedicó ella solita para cosechar de 20 a 30 kilos de café maduro semanales, cereza por cereza.
“Me dijeron que tenía que tener mucho cuidado al cosechar y que solo debería cortar el café maduro, tenía que hacerlo poco a poco y por eso me tarde tres meses en hacerlo”, afirma doña Gloria. En años anteriores en una semana recolectaba su café, eso sí todo revuelto.
Acompañada de una vieja despulpadora manual y otros utensilios del campo, realizó minuciosamente el trabajo fermentación, despulpado y secado, logrando la humilde productora dar trazabilidad a un pequeño lote de café de dos sacos y medio, mismo que al resultar ganador fue subastado en el mercado internacional a más de 24 dólares la libra.
EL CAFÉ DE DOÑA GLORIA FUE SUBASTADO EN MÁS DE 26 MIL PESOS EL SACO
Y aquí es donde radica la importancia de dejar de ser recolector y convertirse miro-empresarios y doña Gloria Carrizosa es el ejemplo, porque por cada saco de café obtuvo un ingreso de más de 29 mil pesos, y si esa misma cantidad de café la hubiera vendido en el mercado informal o a los coyotes, solo hubiera recibido entre cuatro y cinco mil pesos.
A los premios al café oaxaqueño que ha obtenido Gloria Carrizosa, se suman también otras mujeres como Clara Casimiro, Paula Reyes, Agustina Aguirre de la Región Mazateca, así como Susana López ganadora del Primer Lugar del Premio Oaxaca, Olga Ortíz y Rosalinda Pérez, quienes fueron reconocidas por exportar microlotes a una de las mejores empresas Tostadoras del Mundo, pequeñas productoras de café de especialidad que han puesto en alto y con orgullo la extraordinaria calidad del café que se produce en el estado de Oaxaca.
Las mujeres productoras de las comunidades oaxaqueñas, muchas de ellas solteras y con hijos, por más de 50 años han tenido como actividad principal el cultivo del café, de donde generan cierta capacidad económica para dar sustento, vestido y educación a su familia, pero con el tiempo fueron abandonadas por quienes dirigían el sector sumiéndola en pobreza extrema. Sin embargo, con la política cafetalera que pretende implementar el gobierno del estado, ven en ello una oportunidad y rayo esperanza de salir adelante.