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Grave la carga fiscal a las empresas de los últimos dos años
La decisión del gobierno federal de no modificar por dos años el régimen fiscal aplicable a las empresas –en un entorno como el actual de lenta recuperación del crecimiento– fue calificada de “muy grave” por el banquero, empresario y filántropo Alfredo Harp Helú, presidente honorario del consejo de administración del Grupo Financiero Banamex.
En un país que, como México, ha vivido “todo tipo de crisis”, Harp Helú aseguró estar “preocupado” por la crisis social que se advierte en algunos puntos del país, aunque acotó que el descontento social es una realidad mundial que no sólo se expresa aquí.
“No estoy en nada de acuerdo” con la decisión del gobierno de no cambiar durante dos años el impuesto sobre la renta (ISR), que fue incrementado a comienzos de 2014, afirmó Harp Helú, al participar este jueves en el Value Investment Forum (VIF).
“Es necesario que se convoque a un periodo extraordinario (para tratar el tema del impuesto sobre la renta a las empresas) al Congreso; es muy grave lo que está pasando y todos estamos en desacuerdo”, dijo el empresario, cuando fue interrogado respecto de si el gobierno ha sido un obstáculo para la actividad empresarial.
De acuerdo con una nota del periódico La Jornada, Harp Helú, quien ha enfocado la mayor parte de su actividad en los últimos años a labores filantrópicas y de rescate del patrimonio histórico a través de sus fundaciones, así como a presidir el equipo de beisbol Diablos Rojos, participó este jueves en el foro organizado por el Instituto VIF, organización creada en 2008 mediante una alianza entre Sabino Capital y la Fundación Legorreta Hernández.
En su intervención, el banquero dedicó parte de su discurso ante empresarios e inversionistas a hablar sobre la actividad que realiza la Fundación Alfredo Harp Helú en apoyo a artesanos, rescate de patrimonio histórico y cultural, o de apoyo a la salud y de becas educativas. Posteriormente, respondió a algunas preguntas del moderador del foro, el periodista León Krauze, y de asistentes al encuentro.
En las últimas décadas, dijo en respuesta a una pregunta sobre cómo ve la situación del país, se han vivido en México todo tipo de crisis, aunque aseguró que “ésta sí me preocupa socialmente”.
Las cosas, destacó, “deben mejorar de inmediato. A pesar de todo, seguimos mandando comunicaciones de cómo salir adelante. No vamos a hacer la tarea ni a dar instrucciones a los que gobiernan”, sostuvo Harp.
A pesar del desacuerdo de sectores empresariales con los cambios fiscales que entraron en vigor el año pasado, Harp Helú expresó que el “empresariado va bien. Lo que sí, y estamos seguros, es que el empresariado va muy bien y algo nos dice eso, que vamos muy bien. Todos los empresarios nos hemos adaptado para que vayamos mejor”, dijo.
En el terreno macroeconómico el país “va formidable”, con buenas perspectivas de crecimiento para la industria automotriz, el turismo y la actividad comercial, actividades que, si despegan, “despega todo México”, sostuvo.
El año pasado entró en vigor una reforma fiscal que elevó la tasa impositiva sobre la renta de empresas y personas y redujo los renglones que las compañías podían deducir, lo que incrementó su carga tributaria.
Confianza de empresarios en su peor nivel de los últimos cinco años
La confianza de los empresarios de las industrias manufacturera y de la construcción, así como del comercio, retrocedió 0.83 puntos en febrero de este año respecto del mes anterior y se colocó en su peor nivel en cinco años, desde marzo de 2010, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Construido con los resultados de la encuesta mensual de opinión empresarial, el índice de confianza empresarial (Ice) se ubicó en los tres casos debajo del umbral de 50 puntos que divide el ánimo optimista del depresivo, dentro de una escala de valoración de 0 a 100 unidades, en la cual la percepción decae o mejora en función del puntaje.
Según otra nota del diario La Jornada, en su comparativo anual, la confianza de los empresarios de la industria manufacturera retrocedió 1.9 puntos en febrero respecto a la posición de ligero optimismo que tuvo en el mismo mes de 2014 y se situó en 49.5 unidades.
Por su parte, el Ice de los constructores bajó 2.8 enteros para situarse en 49.8 puntos; mientras el de los comerciantes entró de lleno en el pesimismo al registrar un retroceso anual de 5.1 unidades que colocó al indicador correspondiente en 48.6 puntos.
El índice de confianza empresarial es elaborado por expertos del Inegi y el Banco de México, con base en las respuestas a una batería de cinco preguntas que responden en la primera quincena de cada mes los directivos de 2 mil 69 empresas con más de mil trabajadores cada una.
Las cinco preguntas, o componentes, se refieren: una, a evaluar si el actual es el momento adecuado para invertir; otras dos tratan sobre la situación económica presente y futura del país, respectivamente. Y dos más se refieren a la situación presente y futura de su empresa cada una.
En los tres casos, las manufacturas, la construcción y el comercio, el componente más pesimista de las respuestas se centró en la evaluación sobre si el actual es el momento adecuado para invertir. El indicador respectivo de las empresas manufactureras retrocedió 3.7 unidades en febrero de este año, respecto del mismo mes de 2014, para situarse en 39.4 puntos.
Por igual sendero, las respuestas de los empresarios de la industria de la construcción a la misma pregunta reflejaron una depresión en su estado de ánimo al situar el valor de ese componente en 30.7 puntos, luego de retroceder 1.7 unidades.
Mientras el desaliento entre los empresarios del comercio se expresó en el desplome de 8.5 puntos en la valoración de las respuestas a la pregunta de si el actual es el momento adecuado para invertir en sus negocios. Este componente se situó en 27.2 puntos.
La percepción empresarial más negativa, después del momento adecuado para invertir, versó sobre la situación económica presente del país en la cual el ánimo empresarial en las manufacturas fue de 45 puntos; en la industria de la construcción de 49.9 y en el comercio de 38.1 unidades de 100 posibles. En los tres casos se observaron retrocesos respecto del nivel de febrero de 2014.
En el lado opuesto, los mayores niveles de optimismo se generaron en la respuesta a la pregunta sobre la situación económica de la empresa, aunque también hubo un descenso generalizado. En el comercio, el componente respectivo se situó en 66.1 unidades; en la construcción, en 66.8, y en las manufacturas en 58.8 puntos.
SAT sólo apoya a pequeños contribuyentes
Luego del amplio reclamo de micro y pequeños negocios, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunciará próximamente que los nuevos pequeños comerciantes que se incorporen al nuevo Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) no pagarán impuestos este año, ampliando la deducibilidad de 100% que se ofreció en 2014.
“En 2015 se va a conservar este beneficio de deducibilidad de 100%”, adelantó Enrique Solana, presidente nacional de la Concanaco-Servytur en entrevista posterior a su participación en la Feria Internacional de Franquicias 2015. “Lo pedimos en Concanaco, y con mucha seguridad se otorgará que se conserve el subsidio a negocios nuevos”.
El RIF contempla que este subsidio fiscal disminuya progresivamente en un periodo de 10 años, hasta que los contribuyentes paguen normalmente sus impuestos.
Esta nueva prórroga es un intento por calmar el amplio reclamo de nuevos comerciantes que exigen regresar al Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) vigente antes de la Reforma Fiscal, debido a que encuentran al RIF complicado al tener que cumplir con una declaración y facturación electrónica.
“Además, antes había un sistema de confianza en los Repecos, en donde ellos declaraban sus ventas y pagaban de acuerdo a sus posibilidades. Los contribuyentes declaraban menos, pero se hacían formales”, dijo al diario 24 Horas, Cuauhtémoc Rivera, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Solana indicó además de un año más de deducibilidad, el gobierno tiene que invertir en capacitación y divulgación del nuevo sistema RIF, para que los empresarios se incorporen y dejen la informalidad.