Fuentes Confiables...
- Xenón Bravo
Pocos lo hacían como Javier Valdez, ¡pues si! Fue ejecutado por el crimen organizado en Sinaloa aunque la fiscalía general de ese estado lo niegue y pretendas simular el “robo de su camioneta” donde por cierto, dijo el fiscal general solo el 9% de las cámaras instaladas funcionan ¡claro! Adrede, no es casualidad. Y es que quienes ostentan el poder de cualquier nivel de gobierno en México, se sienten sobreprotegidos por el narco, eso decía y lo escribía hasta que sin lugar a dudas, hartó a quien hostigó con señalamientos en sus columnas y estando ese “alguien” en poder, lo mandó a ejecutar. Tras el asesinato de Javier Valdez el pasado lunes, este miércoles el presidente Peña-Nieto y los integrantes de la CONAGO, se vieron en la necesidad de salir a la luz y dar la cara, ¡como siembre! Cuando suceden estos casos, los tradicionales minutos de silencio, las moños negros, la reactivación de las fiscalías especiales, y otras estupideces que en nada, pero en absolutamente nada ayudan a esclarecer los hechos delictivos contra periodistas, camarógrafos, columnistas de este país y de todo aquel que ha muerto en lo que va de esta administración priista y que hizo suya la libertad de expresión a que se refieren los artículos 6º y 7º de la Constitución General. Antes, el ahora compañero ejecutado tras el atentado que sufrió el semanario en el que escribía, siempre realizó su trabajo de la misma forma. Acudía tras el cierre de la edición semanal a convivir con sus compañeros en el mismo sitio que le gustaba, un sencillo bar en el centro de Culiacán. Y a pesar de los reconocimientos y premios, siempre saludaba de la misma forma: "¿Qué onda, bato?". "Dedico este premio a los valientes periodistas, y a los niños y jóvenes que viven una muerte lenta", decía en 2011, "he preferido dar un rostro y un nombre a las víctimas, crear un retrato de este panorama triste y desolado en lugar de contar las muertes y reducirlas a números". Esa consigna guió su carrera. La otra fue no callarse.
"Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio", escribió cuando en marzo acribillaron a la periodista Miroslava Breach. Los periodistas estamos sujetos a los testículos de quienes ostentan el poder de cualquier nivel de gobierno y me atrevo a decir que hasta de los simples y miserables directores de área donde han penetrado y dedicado de tiempo completo a los “malos”. Lo anterior, porque de sobra sabemos que en México quienes están atrás de ellos es precisamente la delincuencia organizada. Por eso habremos que ser más mensurados en nuestra forma de escribir, ¡De valientes están llenos los panteones! Dice el refrán, pero ¿qué hacer contra estos malogrados políticos que no aguantan _vara_? Principal aquellos que fueron impulsados por los narcos y a ellos solo obedecen no al pueblo que fue solo utilizado, ¿qué hacer contra esos presidentes municipales y regidores que se enriquecen a costa del pueblo sin que se les pueda hacer un solo señalamiento?. ¿Qué hacer con esa libertad de expresión que nos ha costado mucha pero mucha sangre? Los dejamos que hagan de las suyas, pues bien así se hará, vale más la vida. Haya ellos, sus negocios y sus nexos. Será en las próximas horas cuando se decida que en Oaxaca se ordene a formar una fiscalía especial para atender a periodistas que hayan sido amenazados por políticos ligados o no por quienes hoy en los 470 municipios ostentan el poder, o de los 42 diputados locales, 11 federales y 3 senadores, ni se diga por los secretarios de estado del gabinete constitucional y ampliado del gobernador Alejandro Murat Hinojosa. Habremos pues estar atentos en esta fiscalía, porque de cierto si hay amenazas de parte de quienes ostentan el poder ¿pero sabe qué? No los podemos denunciar, mas tarda el periodista en presentar su denuncia que en mandarlo a _silenciar_; el narco esta penetrado en todos los niveles y en todos los cuerpos policiales en mayor o menor escala pero lo está y en todo en el país. Y hasta la próxima. [email protected]