Presidente de Mexico. La politica exterior. Opción para México

  • Jorge E. Franco Jiménez

Complicado el panorama político económico en la República Mexicana en que la  inconformidad se propaga frente a la resistencia del Gobierno Federal de reducir  los incrementos aplicados sin que la campaña oficial, la de sus voceros y representantes del Banco México y la Secretaría de Hacienda Agustín Cartens y José Antonio Meade Kuribreña en sus entrevistas logren convencer a la población, pues los mensajes son incomprensibles para el común de la gente, al referirse cuestiones técnicas que no alcanzan a legitimar tales medidas que inducen a pensar que solo encubren la realidad de una política económica errática y desviada de los objetivos constitucionales que ha dañado severamente al pueblo de México y las finanzas públicas. 

Esa orientación se fortalece cuando el Instituto Nacional Electoral abandona el proyecto de construcción de sus nuevas instalaciones y devuelve, según la nota, mil millones de pesos; decisión de la que emerge la viabilidad de tomar medidas similares en los poderes Ejecutivo y Legislativo para derogar las causas que originaron el incremento y aminorar cualquier dolor menor o mayor a México y a su vez evitar que la población cargue con el costo que producen las alzas a su bolsillo. Las consecuencias ya impactaron de manera natural y lógica los precios de otros bienes y servicios no controlados. 

Mientras esto sucede y es motivo de protestas y demandas judiciales, la política sigue adelante sin una visión positiva de lo que va a suceder en México como consecuencia de las cuestionadas decisiones y los efectos que tendrán sobre el voto o su trascendencia en la decisión del Presidente Peña Nieto, como jefe del Partido Revolucionario Institucional, respecto de su sucesor, pues es indudable que la opinión pública y el voto ciudadano no se inclinan por ese Instituto Político, sino en favor de Morena y de Manuel López Obrador, a quien los hechos le dan la razón en la mayoría de los argumentos que ha esgrimido en contra de las reformas estructurales. La situación es similar a la que vivió el ex Presidente Ernesto Zedillo cuando concluía su mandato que incito la alternancia. 

El gobierno en mantiene una posición irreductible que agranda esa tendencia. La envestida es severa y se focaliza en el cimiento de la estructura del poder político presidencial, el Estado de México e Hidalgo en donde habrá elecciones de Gobernador que serán la muestra de lo que acontecerá en la Presidencial. El Estado de México se encuentra en plena convulsión en lo que toca a la inseguridad, a pesar del apoyo de las fuerzas federales, y la denuncia de posibles actos de corrupción que están surgiendo en esta entidad; estos sucesos prueban que la fortificación de la próxima elección de Presidente será la del Estado de México como lo han anticipado algunos analistas. 

En este contexto se advierte que lo económico y lo político electoral son factores objetivos de desestabilización en el país, al ser la parte fundamental para obtener o conservar el poder en México. Recordemos brevemente que Salinas de Gortari logro que Ernesto Zedillo triunfara con holgura mediante una maniobra intimidatoria, la revuelta encabezada por el ejército zapatista en Chiapas que provocó una expectativa favorable para el entonces candidato del PRI y del Presidente en turno; Zedillo respondió al entorno internacional con la apertura a la alternancia. Estas experiencias son el parámetro para analizar a lo que se enfrenta el Gobierno de México.

Si bien la situación es diferente los actos de gobierno y sus secuelas no han desarmado  los de la corrupción agravada, la inseguridad, la violencia, las alzas inconvenientes de precios, déficit de empleos, recortes aparentes de presupuestos y gastos en la administración que, a pesar de lo comunicado, se están materializando en una amplia limitación de posibilidades para que el grueso de las personas accedan a mejores condiciones de vida o que por lo menos  se mantengan sin el menoscabo originado por los aumentos. El asunto es que estamos transitando, sin obstáculo alguno, en sentido contrario a los beneficios anunciados.

La contienda entre los candidatos a la presidencia de México se ha enredado con el nombramiento del tercer o cuarto Secretario de Relaciones Exteriores de México y la sustitución de Carlos Sada como Embajador en los Estados Unidos. Estos actos simbolizan parte de lo que constituye el ejercicio o juego del poder en México, pues Luis Videgaray de ser un personaje defenestrado surge ahora como un fuerte pretendiente a la silla presidencial, lo que se potencializa con la información que se difunde respecto de su relación cercana con el yerno del próximo Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, que posibilita que sea un ingrediente que incline el fiel de la balanza en la elección de candidato a Presidente de México por el Partido Revolucionario Institucional y de apoyo para que  siga siendo gobierno. 

La idea no es incoherente si se toma en cuenta que Luis Videgaray constituye una carta que viabiliza que el enfoque del líder ese país hacia México, se modifique e induzca, a través de un candidato compatible, que entre ambos países se pacten e impulsen políticas publicas económicas y de migración menos restrictivas para los mexicanos. La experiencia demostró que el nuevo responsable de la política exterior acertó cuando sugirió e implementó la visita del entonces candidato a la presidencia de los Estados Unidos a México, lo que puede interpretarse que favorecerá una relación menos arrolladora de la que se aprecia en los discursos de Donald Trump. Esta designación abre el espacio de inicio negociación menos severa en el mandato del Presidente Peña Nieto.   

Me parece que el asunto que debe preocuparnos es que el trato que se mantiene con los Estados Unidos de orden económico y de migración no se agrave más allá de la dependencia y tropiezos que por largo tiempo han vinculado a México formalizada en un Tratado de Libre Comercio que será revisado. Esta estrategia impone que se lleve a cabo entre interlocutores identificados en un interés político común que facilite alcanzar el objetivo de que México transite en condiciones formales del ejercicio de su soberanía tanto interior como exterior, a fin de que la gripe que nos golpea desde los Estados Unidos, no se convierta en pulmonía, como está sucediendo con las alzas de precios, el dólar, el bajo crecimiento pronosticado y la construcción del muro. 

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