¿Son las empresas extranjeras la solución a nuestros males?

  • Carlos Noé Sánchez Rodríguez

Dentro de las diferentes acciones gubernamentales para desarrollar la economía en nuestro estado, una de las más importante quizá, para actual sexenio, y que frecuentemente se informa por los medios de comunicación, es la instalación de empresas de capital extranjero en el territorio tlaxcalteca, acción que ataca de raíz, se dice, uno de los más graves problemas de la entidad que es el desempleo, por ello el establecimiento de estas empresas trasnacionales contribuyen al mejoramiento de la vida económica y social de los tlaxcaltecas, por lo que es claramente positivo esta llegada de empresas, que se le dan todo tipo de garantías y beneficios, terrenos baratos con infraestructura y servicios de agua, drenaje y electrificación, vialidades grandes y rápidas, tramites expeditos y fáciles, mano de obra preparada por los Institutos tecnológicos, politécnicos, CONALEP y CECyTEs, sindicatos blancos o controlados, legislación favorable y laxa, seguridad garantizada etc., etc. 

Sin embargo un recuento de daños es necesario, pues también hay que tomar en cuenta que muchas de las empresas son grandes depredadoras de los recursos naturales como el agua, minerales y otras fuentes no renovables, pero lo más grave es sin duda el daño ecológico que muchas de ellas ya no restituyen, y que de acuerdo con la investigadora de la UNAM, Regina Montero Montoya, causan graves problemas de enfermedades como cáncer, leucemia e insuficiencia renal; en un reportaje dijo que Tlaxcala “está muy por arriba de la media mundial en casos de esa enfermedad y lo que se avizora es un empeoramiento y despojo de las poblaciones, pues se han anunciado con bombo y platillo la instalación de más empresas”, y declara también que a los grandes capitales no se les hace nada, (La Jornada de Oriente 26 de Junio del 2016) esto a pesar de que Tlaxcala está considerada como una de las entidades de mayor número de casos de insuficiencia renal.

Por otro lado los salarios que estas empresas pagan sobre son los más bajos del país, amparados en la legislación sobre los salarios mínimos, las empresas establecidas en Tlaxcala pagan en promedio $6,000.00 mensuales, cuando de acuerdo con el investigador Miguel Santiago Reyes Hernández de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla y coordinador de la Asociación de Universidades Confiadas de la Compañía de Jesús en América Latina,  deberían de ganar los obreros para comprar la canasta básica $ 16,400.00, tomando en cuenta las necesidades completas de una familia formada por cuatro miembros; aclara también que el salario mínimo nacional que corresponde, según las autoridades, fue definido con base en el análisis de la productividad promedio de los trabajadores mexicanos que se estima en $28,500.00 mensuales y de la que los empresarios acopian 74% ($21,000.00) dejando únicamente a los trabajadores 26% equivalente a $7,300.00 (en Tlaxcala es menos), si los empresarios se justaran al promedio de los demás países de la OCDE el salario mínimo debería de rondar en lo propuesto por el investigador Reyes Hernández  (Revista Buzos numero 721).

Otro de los aspectos de las empresas transnacionales es que obedecen a un modelo económico exportador, su productos son de exportación y sus capitales también, de tal forma que así como llegan y se instalan, cuando les conviene a sus intereses, abandonan sus plantas y emigran, dejando a su planta laboral sin empleo y sin perspectivas de obtener otro rápidamente, pero además una vez que han sustraído capital en grandes cantidades abandonan el país, llevándose la riqueza a otro lugares.

Hasta ahora el resultado de la economía neoliberal en los países como el nuestro ha sido desastroso para la economía y para la sociedad en general, la acumulación de riqueza en unas cuantas manos es el resultado del modelo económico que ha propiciado el incremento de la pobreza, del desempleo, de la contaminación, de la violencia, del narcotráfico, de la corrupción y de los muchos males que se desprenden de una sociedad desigual, que de seguir así podríamos llegar a una sociedad salvaje, y todos estos factores son los que la visión empresarial y gubernamental deberían tomar en cuenta.

Urge, por lo tanto, cambiar el modelo económico neoliberal exportador por otro que permita el crecimiento de la economía y el desarrollo de la sociedad, que combata la pobreza y la desigualdad, que se paguen mejores salarios, que ofrezca empleos a todos los que forman parte de la fuerza laboral, que paguen impuestos los que más tienen y que se distribuya el gasto público en forma equitativa atendiendo las necesidades de los que menos tienen, y para ello se necesita un nuevo proyecto que deben de encabezar el pueblo organizado.