¡Que conste, ...son reflexiones!
- Sócrates A. Campos Lemus
SIN DUDA, tenemos la seguridad de que uno de los graves problemas que enfrentamos es la inseguridad. A la inseguridad la vemos todos los días en las calles, en las casas, en los centros escolares, en los centros de trabajo, en las colonias, vemos la brutalidad de los robos y de los saqueos, de las violaciones y de los asesinatos, vemos la forma en que las drogas invaden todo, llegan a las casas, matan poco a poco a los jóvenes y a los niños, a los adultos y a los ancianos. Muchos, no las consumen, pero tienen que convivir con los adictos y esto se convierte en un infierno y todo, ¿por qué razón?, algunos dicen que es porque en las familia no les ponen atención a los jóvenes, que la desintegración familiar, que la falta de valores, pero me pregunto, ¿no es la desocupación, la violencia más terrible, no es la falta de oportunidades lo que genera muchos de los problemas en las casas, no es la pobreza y la marginación la que sostiene la mayor cantidad de violencia, no es la corrupción y la ineficiencia de los políticos y funcionarios los que generan esos conflictos?, lo vemos cuando ni siquiera tienen la capacidad para distinguir los estados de la República y dicen sus tonterías y las tratamos de justificar con: el que a cualquiera le sucede una cosa así, pero no entendemos que son los funcionarios y políticos de alto nivel los que muestran las corruptelas, las complicidades, las deformaciones familiares, las que muestran el derroche de los recursos de todos para el beneficio de unos cuantos, son los mismos líderes sindicales enriquecidos, derrochadores, insensibles, violentos, asesinos los que dirigen a los obreros empobrecidos con sus transas y con sus complicidades entre patrones o entre empresarios que son los que dejan de pagar, solamente para enriquecerse más y mantener un estado de injusticia social.
Hay unos, muy pocos, pero muy pocos enriquecidos, y hay millones de pobres, marginados, sin empleo, sin escuela, sin seguridad social, sin educación y sin medicamentos o atención médica adecuada, vemos a los políticos dilapidar el dinero de todos, más de setenta mil millones de pesos en pocos año,s dilapidados por las mafias de los partidos políticos o metidos en sus bolsillos y cuentas bancarias, dizque para sostener una democracia en la que no creemos y que no existe, en sostener, nos dicen, el estado de derecho que ellos mismos violan y destruyen, en mantener una justicia social que ellos se roban para ellos y niegan a las mayorías y sostienen las corruptelas y las complicidades solamente con los ricos y poderosos, para sostener ese estado de derecho que, solamente, a ellos protege. En fin, ahora vemos cómo los grupos criminales como el que opera impunemente en Jalisco gracias a las complicidades establecidas con los políticos en el poder y que, hoy, reclaman el que les cumplan con los compromisos, porque ellos, los delincuentes sostuvieron las carreras de muchos políticos, ellos, los delincuentes y narcotraficantes, fueron los que pagaron las campañas y dieron el dinero para que pudieran hacer política y carrera los que hoy están, como lo dieron con los de antes y como lo darán con los que vengan, solo podemos entender que el país entró en una picada gigante, estamos destruyendo todo por las ambiciones de unos cuántos que dicen, son los que gobiernan, cuando en realidad son los que sostienen los sistemas actuales en la narcopolítica que impera en muchos lados. En Jalisco, los grupos criminales operan los contratos de obras, los presupuestos, los grupos de policías, controlan a los jueces y a los ministerios públicos, el sistema de seguridad y el ramo de la salud con la compra de medicamentos e implementos a los precios que ellos quieren imponer y con las condiciones de bajo control de calidad en los medicamentos y productos que, solamente, matan a más derechohabientes en vez de sanarles y ayudarles en mantener su salud. En fin, debemos entender que para tener algo diferente, una familia diferente, un estado diferente, un país diferente, los ciudadanos debemos dejar de ser indiferentes, si no lo hacemos y dejamos que los hampones sigan gobernando, estaremos en peores condiciones en los día por venir y que nadie se queje y grite porque no se vale llorar por lo que no supimos defender con valor y dignidad. Dejamos que nos manipulen con el cuento de que son poderosos y ellos mandan, olvidamos que somos millones y ellos son unos cuántos que siguen utilizando los fondos públicos y los bienes de todo,s para seguir haciendo negocios privados, no solamente con los viejos empresarios y banqueros, sino, ahora, con los delincuentes que los han sostenido y llevado al poder, por eso, cuando hablamos de narcopolítica sabemos que esto existe y no es un cuento, es la realidad que destroza al país, porque en nuestra cobardía y comodidad dejamos que nos roben, secuestren, droguen, asesinen. Dejemos de ser indiferentes y reclamemos nuestros derechos y libertades, para alcanzar la seguridad.