¡Que conste,...son reflexiones!
- Sócrates A. Campos Lemus
NORMALMENTE NOS QUEJAMOS DE LOS FUNCIONARIOS PÙBLICOS, no hay duda de que la experiencia en este campo es brutal para casi todos los mexicanos. Muchas ocasiones preferimos quedarnos callados o tragárnosla que ir a realizar algún trámite, porque los corajes y las vueltas son interminables. Los funcionarios y burócratas no entienden que lo mejor es explicar y escuchar a los ciudadanos, en vez de imponer sus necedades y generar no solamente la resistencia, sino el que no se cumplan con los compromisos y obligaciones de parte de uno. Es real que los funcionarios públicos, en su gran mayoría no son para servir al público sino que se sirven del público y aprovechan ,puestos y presupuestos, en su beneficio, ni siquiera en bien del estado, del municipio o la nación. La verdad es que se siguen haciendo y realizando los grandes negocios privados con los recursos públicos.
Con la reforma fiscal se han generado, por supuesto, muchos malestares, no estamos acostumbrados a cumplir adecuadamente con nuestros impuestos y existe una importante razón para ello: vemos que los políticos y los funcionarios no utilizan esos recursos, que se supone son de todos y para el beneficio de todos, sino es para su provecho personal y para enriquecerse. Si bien no podría ser justificación para no cumplir,es una válida escusa para no hacerlo, hasta que los funcionarios nos demuestran que en verdad están utilizando bien esos fondos públicos y no se los embolsan.
Las nuevas modificaciones fiscales imponían en el campo, el que los campesinos y los ganaderos no pudieran salir a vender sus bienes y ganado sino generaban una factura; pero da la casualidad que en la mayoría del campo mexicano no existen las computadoras, ni el internet, ni están familiarizados con este mecanismo, por esa razón se venía generando muchos conflictos y malestares. Pero cuando existe un funcionario que sabe escuchar y resolver, sabe juntarse con esa “chusma” a la que evaden los funcionarios y políticos, las cosas son distintas y se encuentran soluciones, y esas soluciones permiten operar adecuadamente las nuevas modificaciones y todos logran cumplir con sus impuestos y reglamentaciones que se demandan de parte de las instituciones y los funcionarios. Es lo que muchas veces nos sorprende a los que, normalmente, nos quejamos y denunciamos las arbitrariedades y torpezas de los funcionarios y políticos, y es por esa razón que, cuando vemos el actuar de un buen funcionario, tenemos que reconocerlo y comentarlo. En la DELEGACIÒN ESTATAL DEL SAT, en el Estado de Oaxaca, no solamente existe un buen jefe, sino que existe un buen equipo de funcionarios a los que se debe reconocer en su buena labor, ahí, VICTOR BASTIDA, hace que lo que dice y proyecta sea convertido en realidad con la paciencia de Job y con la eficiencia de un buen empleado de la federación; logró comunicarse con los ganaderos y establecer los canales adecuados con los superiores en la SHCP, con el fin de que se encontrara la solución a ese conflicto y problema que representaba, para los ganaderos, el tener que generar la factura antes de vender el ganado, así, hoy, se les permiten 72 horas para que realicen sus operaciones comerciales y aporten la facturación y los impuestos adecuados por ellos. Con soluciones sencillas se logran resultados fabulosos, de tal suerte que este mecanismo se pude copiar en otras entidades. Todo porque hay buenos funcionarios que no tienen miedo a llegar a los grupos que tienen los conflictos y dialogar con ellos hasta encontrar la mejor solución a los problemas, esto ha sido lo que han realizado los funcionarios del SAT en Oaxaca, al mando de su compañero de trabajo, Víctor Bastida, un joven funcionario que demuestra honestidad y eficiencia, dos cosas que todos admiramos en los servidores públicos y por los que no perdemos la esperanza de cambiar a nuestro país.
Cuando uno llega a esa oficina en la capital oaxaqueña, ve una enorme cantidad de gente, pareciera que nada se mueve o que los problemas son tantos que no se alcanzan a solucionar, y no es así, lo que sucede es que con la confianza de los ciudadanos, éstos, en vez de evitar asistir y tramitar sus declaraciones, van con mayor confianza y esto se refleja en el número de gentes que cada día se observa en esa oficina. En otras oficinas, tenemos que decirlo, hay ausencia de gentes, porque prefieren los ciudadanos no asistir a ellas y dejar que las cosas caminen mal como se observa en muchos conflictos de intereses entre los funcionarios y los ciudadanos, donde en vez de ver una simple sonrisa ,se nota el malestar, el encabronamiento y el cansancio ante la ineficiencia o ante las deshonestidades de los burócratas. Sin duda, una de las labores más complicadas y molestas es la de los funcionarios de Hacienda en el cobro de impuestos, a todos nos gusta cobrar y a nadie pagar, pero hay tiempos de cambio y hay que ver cómo se dan éstos para el beneficio de todos.