¡Que conste..son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

Preocupado, muy preocupado, se debe encontrar el Presidente Enrique peña Nieto por la situación trágica en la que se encuentra la economía nacional. Las predicciones del secretario Luis Videgaray, no solamente se han topado por la trágica realidad el país sino que también lo llevan en el camino de entender que una cosa es lo que se quiere, y otra es lo que existe, y esa distancia, entre lo que se quiere y lo que existe, la definía el Dr. Gustavo Baz como la distancia que existe entre la demagogia y la realidad.

Sin duda el secretario Luis Videgaray es un hombre inteligente y de amplios conocimientos, pero la inteligencia y los conocimientos en ocasiones son una venda que impide ver la realidad, y se les olvida a los funcionarios públicos que el poder marea a los inteligentes y que la soberbia enloquece a muchos hasta la muerte.

Que no venga con el cuento Luis Videgaray de que al tragedia que vive el país, es resultado de los 14 millones de mexicanos que viven y se sostienen en el comercio informal, no. Esos son mexicanos que han optado por buscar un mecanismo de sobrevivencia y no llegar a los extremos de la delincuencia. No hay duda de que en México NO FALTAN RECURSOS, LO QUE SOBRAN SON LADRONES, INEFICIENTES, CÓMPLICES Y CORRUPTOS EN EL GOBIERNO FEDERAL, EN LA POLÍTICA Y EN SUS SOCIEDADES Y COMPLICIDADES QUE MANTIENEN CON ESA INICIATIVA PRIVADA QUE SIGUE SIENDO UNA TRAGEDIA EN EL PAÍS.

El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sostiene que con su política de filiación (a huevo), manteniendo la represión fiscal y el terrorismo a su más alto nivel, ha logrado incorporar al padrón a varios millones de mexicanos que viven o vivían en el comercio informal, y piensa él que con ello, ya convenció a esos mexicanos y ya los doblegó, olvidando que cada uno de ellos sabe perfectamente bien que este mecanismo en una trampa para que en poco tiempo, tengan que pagar impuestos que todo el mundo sabe, no se utilizan para el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos sino para el enriquecimiento de un grupo de pillos que conforma la verdadera delincuencia organizada operada por los políticos, funcionarios, policías, empresarios, banqueros y especuladores financieros.

Los mexicanos estamos convencidos de que deberíamos pagar impuestos, y que así como en una actitud perversa, dictatorial y represiva, las autoridades hacendarias esculcan recursos y vidas de cada uno de los mexicanos para seguirnos sangrando, cada uno de los mexicanos debería tener igual derecho para investigar a cada uno de los políticos, funcionarios, banqueros, policías empresarios y saber cómo se han enriquecido y de qué manera han utilizado los recursos y bienes públicos para hacer los grandes negocios privados con los que siguen enriqueciéndose en total impunidad y cinismo.

Así como los mexicanos ya no creen en la policía, ni en la justicia, tampoco tienen confianza ni creen en adecuado y honesto manejo de sus recurso públicos por parte de los funcionarios de Hacienda, que en vez de tener una actitud de defensa a los intereses populares, solamente establecen políticas de protección a los grandes intereses industriales, comerciales y financieros, nacionales e internacionales, lesionando a todo el pueblo de México.

Los mexicanos entendemos que el equipo de Hacienda, que las gentes cercanas al inmenso poder de don Luis Videgaray, pretenden subirlo al nivel de delfín para la sucesión presidencial y seguramente los empresarios, financieros, banqueros, policías, funcionarios, policías, nacionales e internacionales, aplaudirían una imposición de tal tipo, pero con toda honestidad, miles y miles de gentes del pueblo mexicano, estarían dispuestos a establecer una rebelión violenta que impidiera tal imposición.

Entendemos que lo que hace el secretario Luis Videgaray, no lo hace por su cuenta y riesgo, lo hace con la aprobación del Presidente de la República, y él, simplemente, es el escudo protector para evitar que el descontento social afecte, en forma directa, a Enrique Peña Nieto. Seguramente nadie sabe ni podría adivinar, cuándo y dónde, se dará la gota que derrame la insatisfacción social y política de los mexicanos, pero cualquiera se da cuenta de que el vaso no está medio lleno sino que está totalmente lleno y falta esa gota para derramar los ánimos y generar los ánimos y las protestas sociales en este país.