¡Que conste..son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

Guillermo Fárber, es uno de esos hombres que escribiendo muestra ese alegre lado humano, y como persona, lo confirma, acaba de escribir: “Quien vive del orgullo, muere de soledad” y yo recuerdo que alguien por ahí declaraba que: “Cuando Dios te quiere destruir, te llena de soberbia” y no es difícil entender esto, cuando por orgullosos o soberbios sufrimos las consecuencias de esas acciones y quedamos destruidos, medio jodidos o en la soledad. La verdad es que soy un lector de Guillermo, aprendo mucho de esa fecunda y larga vida que ha mostrado poder llevar, no como carga, sino como alegría.

Así, hay muchas ocasiones en que no sabemos lo que vemos porque en lo que vemos hay muchos intereses ocultos y juzgamos apresuradamente. Yo soy un constante viajero y los servicios aeroportuarios los utilizo forzosamente, y bueno, no siempre va uno de buen humor a pesar de que debería ir con ese humor, dando gracias por un nuevo día de vida; pero bueno, ya saben cómo es el negativo ser humano y se levanta uno con sueño, va malhumorado porque tiene que viajar forzosamente no por el placer de hacerlo y además, hay que pagar boletos, impuestos por los servicios aeroportuarios, el taxi y si lleva maletas enfrentar la furia de los maleteros y los engorrosos trámites que ahora imponen las aerolíneas, y después de pasar este viacrucis, hay que ir a los sitios en donde unos policías auxiliares mexicanos que trabajan para las empresas de seguridad españolas y que les pagan mal y los tratan peor, lo reciben a uno como si fuera no un viajero que paga por sus servicios, sino casi con la clasificación de delincuente o presunto delincuente y lo encueran, lo inspeccionan, lo mal tratan, en fin, hasta que gracias a esto lo hacen a uno súper encabronar y  con esto, sin saber la bola de intereses y de ineficiencias y corruptelas que existen en el medio, solo atina uno a mentarle la madre a los policías, a los encargados del aeropuerto, y por supuesto, al señor director del mismo. Y la verdad sea dicha, este, no tiene culpa alguna de esos malos tratos y de las malas caras y de todo este terror y horror.

Por ello, cansado de todo lo que sucedía y a punto de mandarlos a la china comunista o a Viet Nam liberado, mejor comencé a investigar y me di cuenta que una cosa es la operación administrativa y técnica que tiene bajo su encargo el Director General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, y otra, lo que hacen las empresas subcontratadas y apoyadas no por esa administración, sino por los políticos o funcionarios de alto nivel que son los que hacen esas transas y esos negocios que afectan a los ciudadanos. Por un lado se esfuerzan los administradores en dar un buen servicio, y por el otro, la impunidad y la prepotencia que generan las complicidades y las corruptelas joden, sí joden , todo el trabajo y el esfuerzo de cientos de honestos y eficientes trabajadores que reciben mentadas sin tener culpa alguna, y como no me gustan las injusticias, y cuando cometo alguna, procuro enmendarla y reconocer, mejor acepto lo mal que andaba  y reconozco el esfuerzo de esos cientos de hombres y mujeres que hacen un gran esfuerzo para que un sitio tan complicado como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, obsoleto y con graves problemas de saturación y de espacios, funcione lo mejor posible. Y es verdad lo que decía un querido amigo que me guió por esos laberintos aeroportuarios cuando me dice: a la gente se le olvida agradecer por lo que recibe o tiene y se queja por lo que quiere y nunca llena por la ambición o por querer tener más.

Usted se puede imaginar un sitio donde pasan doscientos cincuenta mil mexicanos diariamente, muchos extranjeros, conviven policías buenos y malos, taxistas de varios niveles y sitios con distintos intereses, donde llegan rateros y defraudadores constantemente, que hay que velar por la seguridad del pasaje y de sus bienes y además de el buen funcionamiento de instalaciones para que puedan operar los servicios de las aerolíneas, en fin, es un mundo de gente, de negocios, de dinero, de intereses, de complicaciones, y todo esto lo deben tener bajo control los que operan el aeropuerto, y además, lidiar con los que no tienen bajo su mando y hacen cada cosa que, en verdad, merecen las mentadas, pero hay que saber repartirlas con honestidad y no cometiendo las injusticias. Por esto escribo este comentario, porque cuando no conocemos es como no ver y hacemos pentonterías y provocamos injusticias y malas interpretaciones, así que, para no equivocarse, lo mejor, es preguntar….