Manuel Cano, Canito

  • Ernesto Reyes

El pasado 6 de julio, falleció el periodista y locutor istmeño, Manuel Cano López, quien a pesar de haber rebasado el medio sigo de vida, pasó siempre como un eterno joven, dado el talante con que trataba tanto a sus fuentes de información, sus lectores o escuchas, como a familiares, colegas y amigos. Así lo recuerda su compañero, Gerardo Valdivieso Parada, a quien le tocó elaborar el editorial mediante el cual el periódico digital, Punto Crítico, daba a conocer lo ocurrido a su fundador y director.

Varios de sus colegas del Istmo de Tehuantepec han recordado, con pesar, la partida de Canito, como le nombraban quienes compartieron con él memorables jornadas buscando la noticia.

Después de haber contribuido, siendo muy joven, a la fundación del Honorable Cuerpo de Bomberos de Juchitán de Zaragoza -fungió como titular de Protección Civil durante la administración municipal de Óscar Cruz -y de haberse fogueado en varios medios de comunicación, en el año 2006 por fin pudo constituir, con la participación de Gerardo García Marroquín, este rotativo, armado de una pequeña prensa offset doble carta de segunda mano. Este reto lo mantuvo durante 14 años, y esperemos que su inesperada partida no desmerezca el futuro de este medio.

Valdivieso ofrece un perfil personalísimo:

“Si acaso tuviera a mi padre conmigo / le daría las gracias por estar aquí, / le agradecería mis grandes tristezas, / sus sabios regaños, sus muchos consejos/ y los grandes valores que sembró en mí,’ recitó al final de su reporte matutino de noticias, Manuel Cano López. Leyó con su voz sordina la cita como si se fuera desinflando y se le acabara el aliento exactamente al terminar el último verso. Imaginé su nudo en la garganta, las lagunas de lágrimas inundando sus ojos. Lo escuchaba en el programa Ráfagas del Istmo, de César Rojas Pétriz, quien no hizo comentarios y mandó directamente a corte. Era el Día del Padre”.

Tocó a Guadalupe Ríos, contar en su columna, Ángeles y Demonios, cuando hace 17 años viajaron juntos a La Habana, Cuba, en donde disfrutaron el bullicio y la alegría de aquella ciudad histórica y de las bellezas naturales que ofrece el país. Rememoró que, allá en la isla, Cano extrañaba, como buen istmeño, los totopos, pero no dejó de disfrutar la comida caribeña, la música, el paisaje, las playas, los monumentos coloniales y la compañía de sus anfitriones cubanos. Se tomaron fotos ante monumentos de los héroes que mantienen viva la primera Revolución socialista de América.

Lupita Ríos recuerda su estancia en Centro Habana y las peripecias en el trayecto carretero desde tierras del Istmo, los estados de Yucatán, Quintana Roo y viceversa, a fin de coronar un viaje inolvidable.

Este domingo se cumple un aniversario más del icónico Movimiento 26 de julio cubano, pero Canito ya no está más para rememorar aquella experiencia. Se quedan en el recuerdo de sus íntimos y de sus colegas, tantas historias personales en su natal, Ciudad Ixtepec y como conductor radiofónico y reportero de los diarios Extra de Oaxaca y Tiempo del Istmo, principalmente. Apasionado de la radio, pues presumía tener su licencia de locutor, durante varias décadas mantuvo una frecuente comunicación con su audiencia.

Guadalupe reconoce que Cano supo ser amigo, líder, compañero, esposo, hijo, hermano, padre, y siempre fue humilde y sincero. Por esta razón – afirma- el último viaje que emprendió, solo, debió dejarlo satisfecho “por haber cumplido con su familia, con sus hijos, de quienes se sentía orgulloso de saberlos convertido en profesionistas y gente de bien. Les enseñó a ser fuertes, independientes y a no dejarse vencer por las adversidades. Estos cimientos, les permitirán ahora, predice Lupita, soportar las tormentas venideras.

Con los aguaceros de julio, como telón de fondo, concluye su artículo, Gerardo Valdivieso, expresando, de algún modo, el sentir de quienes tuvimos el gusto de tratarlo, como cuando avanzadas de periodistas acudíamos a Juchitán, y a otros lugares emblemáticos del Istmo de Tehuantepec, a dar cuenta de las luchas políticas, sociales y culturales en esta entrañable región: “Manuel Cano fue como la lluvia que moja la tierra esta madrugada…y que el sol del mediodía habrá secado”. Descanse en paz Canito. Y que su ejemplo germine. Mi solidaridad con la familia y sus pares, en los medios de comunicación.

@ernestoreyes14