¡Que conste, ...son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

     EXISTEN HISTORIAS DE MAESTROS ROBA SUEÑOS, MAESTROS FRUSTRADOS y resentidos con la vida, con su vida... Pocas son las historias hoy en día que nos muestran aquellos maestros que alentaban, que se quitaban el pan de la boca para dárselo al alumno pobre pero con gran potencial, en fin, la realidad es que cada vez que veo esto, me acuerdo de mi “maestra de inglés” ,en la vocacional cinco del IPN, quién sin más, porque le caía mal que me hubieran puesto como nombre Sócrates, le dio porque al llegar a clase, para mostrar su fuerza y “talento”, me decía: “Socratis…. And compani, lets go” y teníamos que salir con un gran dolor; además de que me han caído muy mal los gobiernos intervencionistas de los norteamericanos, no los norteamericanos, esto contribuyó a que jamás aprendiera inglés, cosa de la que me arrepiento hoy en día. Me consuelo el conocer y saber de los traductores electrónicos y con su uso, el aprender algo de ese idioma que me fuera negado por una pésima maestra, resentida y golpeada por su vida, no por la vida, su vida….
         Hoy, al leer la columna del maestro Armando Fuentes Aguirre, Mirador, aparecida en el diario Reforma, me llegaban esos recuerdos, y por esa razón lo reproduzco, porque nos muestra la otra cara de la moneda, no la de los maestros resentidos, sino  la de los jóvenes que no se doblegaron, cosa que no hice en su momento, ante los embates de esos hombres y mujeres  frustrados: “Era tremendamente feo y desgarbado. En el anuario de la secundaria apareció su retrato con este comentario: “Cuando mira el reloj no sólo se detienen las manecillas: empiezan a girar en dirección contraria”.
         “Era muy nervioso. Tenía las más altas calificaciones de su grupo, pero al representar a su escuela en un concurso de ortografía quedó eliminado en la primera ronda porque se equivocó al deletrear una sencilla palabra de cinco letras”
         “Batallaba para expresar sus ideas. El profesor de Literatura le encargó que escribiera un relato y después de leerlo se lo entregó con un comentario: “Esto es pura m…”
         “Estoy hablando de Isaac Asimov, uno de los escritores de más éxito en el mundo. Escribió cerca de 300 libros cuyas regalías lo hicieron multimillonario. Cuando hablaba con los adolescentes les decía: “No se preocupen si se sienten feos y son tímidos. Valemos por lo que llevamos dentro. Pongan algo en su interior y eso los hará ser lo que quieran ser”.
         Y que grandioso que hombre y maestros de la talla de don Armando, “Catón”, rescate esas pequeñas grandes historias con las que podemos platicar con los jóvenes para que vean lo que se logra cuando tenemos ganas de conquistar el mundo y ser parte de otra vida, la vida, no la vida que creían soportar aquellos maestros resentidos que han negado su talento y su vocación, a lo mejor, lo que jamás tuvieron, fue la vocación, y de ahí, la frustración.
         Cuando escucho a los políticos decir que los comunicadores o los periodistas o los tunde máquinas y computadoras, solamente vemos las “malas noticias”, y nos reclaman diciendo que, también hay “buenas noticias”, les pregunto: ¿deme un ejemplo de las buenas para todos, no de las buenas para ustedes, sus intereses y sus grupos”… y se quedan callados, como pensando en la inmortalidad del cangrejo o le hacen como el Tío Lolo, que le encanta hacerle al pentonto solo. Claro que hay buenas historias y son las historias que todos los días escriben los labradores cuando van a romper la seca tierra y sembrar esperando, con paciencia, los frutos de la Pacha Mamá, son las buenas historias de esos mexicanos que caminan diariamente esperando o buscando un empleo, cualquier empleo que les permita ganar algunas monedas para llevar el pan, poco pan a su casa, están las historias escritas diariamente por millones de madres que se soban el lomo para mantener la limpieza de casa, ahorrar los pocos ingresos para mejorar la calidad de vida de los suyos, los suyos, así como se escribe, porque ellas son verdaderas heroínas y no se diga de las madres solteras o de las viudas o de todos los jóvenes que ruegan por entrar a una escuela o encontrar un empleo para ayudar en su casa, en fin, las historias buenas las escriben, todos los días, los millones miembros del infeliciaje, los riquillos, los políticos, los oligarcas, los funcionarios y los líderes empresariales y financieros, solamente escriben las historias de horror, las del escándalo, y saben ¿por qué razón?, porque jamás voltean para abajo, donde están las buenas historias, las todos nosotros.