¡Que conste,...son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

No han faltado voceros del presidente Enrique Peña Nieto que me dicen que es peligroso manifestar las ideas contrarias a lo que es su versión y visión de México; que el grupo Atlacomulco no olvida los favores pero tampoco olvida las ofensas. Cosas por el estilo. Nos explican que al parecer Don enrique parece suave paro tiene la mano muy pesada y aplica la fuerza en contra de los que considera sus enemigos. Yo les explico que no creo que ningún presidente sea tan perverso para hacer tales tonterías y aplicar tal violencia en contra de los que decimos y pensamos diferente, creo que, como cualquier presidente y hombre de poder, tiene la firmeza, la convicción y confianza necesarias para olvidarse de lo que decimos los que no creemos ni pensamos como él. Seguramente, tiene muchas otras cuestiones más importantes que andar persiguiendo a los que modestamente, honestamente y valientemente, decimos lo que creemos y pensamos. Si lo que nos dicen sus voceros y pregoneros fuera verdad, entonces, estaríamos ante un fenómeno de dictadura, no perfecta, sino poca abuela, y creo, sinceramente, que si bien Enrique Peña Nieto no piensa como nosotros y tiene un proyecto de país con el que no estamos de acuerdo, cuando menos, es un hombre bien intencionado y no anda en búsqueda de venganzas y represiones en contra de los que no somos ni pensamos como el grupo en el poder.

         EL día dos de septiembre, rompiendo los esquemas tradicionales, convocó a 1300 “notables” de este país, funcionarios, políticos, empresarios, financieros, ricos de abolengo y nuevos riquillos que, en vez de respetar a los ciudadanos, permitieron a sus guardias y choferes, para que no caminaran mucho en los centros donde se reúne el infeliciaje nacional a dar el grito de independencia o ver a los artistas o para hacer los plantones que dejan malos olores y pésimas reacciones, en la plancha del Zócalo, se estacionaran para provocar, no la descalificación de los arbitrarios y déspotas elementos del Estado Mayor Presidencial que se creen que, porque protegen al presidente, tienen todo el derecho y obligación de joder a los demás miembros del infeliciaje nacional, para que las redes sociales y las críticas editoriales en los medios de comunicación, se volcaran en contra  de Miguel Ángel Mancera, y es lógico que el jefe de la capital, no anda viendo esos detalles, tal vez, les faltó criterio a sus agentes de tránsito, que son tan eficientes para colocar las arañas a cualquier ciudadano que no pague los estacionamientos a tiempo, el valor para hacerlo a los poderosos miembros del poder en este país, total,  como quiera, a lo mejor estamos locos o somos tontos, pero seguimos creyendo que la ley y ante la ley nos obligamos a ser tratados por igual y no como lo han hecho los poderoso políticos, funcionarios, y empresarios y banqueros que subieron, con total impunidad, sus vehículos a la plancha del Zócalo, sin siquiera pagar por el estacionamiento como cualquier pinche hijo de vecino… no valen pues las disculpas que hacen los funcionarios de presidencia alegando que ha sido un error, que lamentan, de los encargados de la logística para estacionar los vehículos de los invitados del señor presidente, y la verdad es que, a lo mejor, se hubiera visto muy bien, el presidente, si al inicio de su discurso para ellos, los todo poderosos, les hubiera encargado que retiraran sus vehículos de la plancha del Zócalo, porque se supone que no es estacionamiento, sino un centro de reunión y manifestación de los mexicanos y a pesar de que ellos lo son, son parte de un grupo súper privilegiado que cuenta con choferes a los que les pueden ordenar pagar por el estacionamiento o retirarse y dar vueltas por el centro de la ciudad y pasar a recogerlos cuando termine el evento, y no den el espectáculo de poder y prepotencia que nos dieron a todos los sufridos mexicanos. A lo mejor, si no se gana el aplauso de la casta divina, cuando menos, estamos seguros, millones de mexicanos hubiéramos aplaudido el detalle populista y de respeto que nos deben los poderosos que creen que todo lo pueden.
         En fin, creemos que al presidente y a sus colaboradores les hace bien, de vez en cuando, leer lo que escribimos los que no estamos de acuerdo en el análisis de Disney que le hacen al presidente sus achichincles, para convencerlo de que todo está bien, cuando no es cierto, o que, todos los mexicanos lo admiramos y apoyamos con sus reformas, porque no es así. Si por medio de la televisión que les cuesta mucho y por los medios a los que pagan creen que es verdad, lo cierto es que la inmensa mayoría de los mexicanos, estamos pensando en que nos equivocamos en la elección y hay formas de rectificar lo malo, por ello, el presidente, como cualquier otro político, debe leer y entender las críticas, porque le servirán mejor que los aplausos y halagos comprados o pagados con poder de puestos y presupuestos…