El mundial y la #EsperanzaVerde

  • Moisés Molina
LA X EN LA FRENTE

Al Momento de la redacción de estas líneas, Argentina tiene ya un gol de ventaja contra Bélgica. Pareciera triste que el curso del mundial de futbol fuera un reflejo de lo que pasa en gran parte del mundo, incluido México y desde luego Oaxaca. Se imponen las tendencias, las estadísticas;  todo parece predecible, no hay sorpresas.

Salvo que en lo que resta del día Bélgica y Costa Rica den la sorpresa, en las semifinales, estarán los que tienen que estar y hay hasta quienes con dejo de fastidio aseguran resignadamente que Alemania será campeón del mundo.

La expectativa renovada con cada cuatrienio, esta ocasión murió emblemáticamente con Colombia y México. Colombia era el “caballo negro”; México tuvo en sus manos la posibilidad de dejar en el camino a Holanda. Independientemente de los yerros arbitrales los equipos “pequeños” pareciera que fueron vencidos antes de jugar sus partidos.

Es una cuestión de actitud, de fortaleza mental; un extraño fenómeno digno de una tesis de psicología. Este mundo necesita sorpresas; Oaxaca necesita sorpresas. La sorpresa es inherente al cambio, aunque no lo es todo. Fox dio sorpresa en el año 2000; Gabino dio sorpresa diez años después en Oaxaca. No sirvió de nada. En política, la sorpresa sin resultados es como semifinales con los mismos de siempre en el futbol.

Cuando digo que en Oaxaca no hay gobierno, no me mueve una animadversión al poder ejecutivo ni a su titular. La culpa no es enteramente de él. Quienes debieran funjir como oposición son corresponsables. En Oaxaca no hay gobierno porque tampoco hay oposición.

Y es que la oposición no se define en función de la ultranza, ni del radicalismo. Oposición sea tal vez un mal apelativo. Oposición en política es responsabilidad. Responsabilidad en lo que se dice y en lo que se hace. Oposición no es crítica que no construye, que no aporta, que no sugiere y hoy en Oaxaca abundan quienes equivocadamente ejercen oposición política desde la ofensa que nada tiene que ver con Política ni con el bien común; ejercen oposición para satisfacer necesidades o ambiciones personales.

Por eso en el #EquipoVerde caminamos con la idea de un cambio generacional que no es una guerra contra los adultos, muchos de los cuales nos están nutriendo con su experiencia y lo mejor de sus intenciones. El cambio generacional es cambio de actitud, de mentalidad a la hora de participar con la intención de hacer posible lo deseable, que es lo que nosotros entendemos por política.

Oaxaca y sus municipios ya probaron de todo respecto del cambio, menos un cambio de generación y el #EquipoVerde quiere ser opción y estamos asumiendo responsablemente esa posibilidad. ¿Cómo? Recorriendo el estado sin escatimar energías ni compromiso; poniendo en nuestras palabras altura de miras y comprometiéndonos con la gravedad de nuestra responsabilidad histórica.

En nuestras manos está más que el éxito o el fracaso de un partido político; en nosotros (que somos cada día más) yace la oportunidad de que las nuevas generaciones se entreveren en los cargos de toma de decisiones.

SI el ejemplo del Verde sirve para que los demás partidos abran seriamente las puertas a más jóvenes para que sean regidores, presidentes municipales, diputados o funcionarios, nuestra misión irá por buen camino.

Las y los jóvenes no pueden seguir pintando bardas, repartiendo propaganda en los cruceros, colgando pendones ni echando porras. Necesitan dirigir, como lo estamos haciendo en el Partido Verde, los comités estatales y municipales y en eso tienen que ayudarnos los adultos que generosamente entiendan que no pueden seguir viviendo de la política; que tomen conciencia de que los partidos no son un fin, sino un medio, un instrumento, una herramienta para transformar la realidad y para encauzar todas las energías y los talentos de todos quienes tengan algo valioso que aportarle a nuestro estado y nuestro país.

Por eso sin ánimo de ser pretensiosos nos ostentamos como la #EsperanzaVerde. Más que un apelativo es una profesión de fe, una intención, un grito de guerra, porque a final de cuentas la política es una guerra sin sangre en la que todos se intentarán valer de todo para alcanzar el poder. Si para los demás el fin justifica los medios, para nosotros no. Estamos haciendo política, no grilla.

Twitter: @MoisesMolina