¡Que conste.. son reflexiones!
- Sócrates A. Campos Lemus
Es muy curioso, pero la experiencia me dicta que, cuando los políticos se dividen en grupos que dejan la manada pastoreada por el presidente en turno y comienzan a hablar de la sucesión, es que hay serios conflictos y no hay muchas esperanzas de cambios o mejorías. La sucesión adelantada siempre genera problemas y conflictos, confrontaciones. Los tiempos no están para las divisiones y menos para las traiciones, aunque se diga que son estrategias de cambios y por el cambio, dejar a un líder a medio camino es como cambiar monturas a mitad del río, es peligroso y resbaladizo.
Sin duda, la solución a los cambios es el terminar los procesos y éstos, como bien sabemos no son de un día o de un capricho, hay un tiempo y hay un espacio, hay objetivos, y sobre todo, en el caso de la política, debe existir una gran cohesión en los grupos, ya nos hemos dado cuenta de cómo se destruyen a sí mismos los grupos, cuando entran los intereses personales y de grupitos y se pierden en las cuchilladas traperas entre unos y otros. Hoy en día, se podría decir que el Secretario de Hacienda lucha por el puesto y el presupuesto de primer nivel, el secretario de Gobernación no deja de ser un aspirante natural a este cargo, y ahora, tal pareciera que, Aurelio Nuño, es el hombre que de pronto despega para intentar ponerse al frente de los suspirantes y aspirantes del PRI.
Sin duda existe una enorme preocupación porque en las bases políticas hay desilusión y desencanto, los resultados no han sido los esperados y no hay margen de negociación ni maniobra, los tiempos políticos para la elección intermedia son cortos y en condiciones desfavorables para el presidente y el partido, claro está que, los demás partidos, no están en las mejores condiciones, están desunidos y lastimados, no tienen credibilidad y no hay confianza ni en sus gentes ni en sus proyectos, y esto, si no es bueno, cuando menos no deteriora más la situación por la que se vive en la actualidad.
Curiosamente, los jóvenes saldrán no a votar, ellos, piensan que solamente se podrá lograr algún cambio con las movilizaciones políticas, así esas mismas movilizaciones, con seguridad, los llevarán al desencanto y a que el oportunismo y la traición sean la base para que dejen de pensar en que en este sentido se pueden lograr los cambios, ya lo vimos con el propio Andrés Manuel López Obrador y con sus oportunistas y desastrosos militantes o agrupantes que, solamente, también, buscan el puesto y el presupuesto, más no el cambio tan prometido, y tan descaradamente, comprometido, no con las mejores causas y gentes, sino con lo peor de muchas regiones donde por el afán de tener militantes y postulantes escogen o se agrupan con lo peor de los municipios y estados, la violencia se nota en muchos de sus grupos y la intolerancia es brutal a todos los niveles de su organización que hablan de buena voluntad y honestidad, cuando agrupan a muchos deshonestos, malévolos y perversos. Esta es la realidad. Por esa razón, ni él, ni su grupo, avanzan, cuando tienen un suelo fértil en la desilusión y el desencanto y no hay credibilidad ni confianza en los actores políticos nacionales. También se empantanaron en el mismo chiquero.
Seguramente, muchos, piensan que el presidente Peña Nieto ya se desinfló, que ya no da cara ni tiene el valor para enfrentar la desbandada interna ni las posibles traiciones dentro de su propio equipo, muchos, olvidan que el cerrado grupo Atlacomulco tiene redes intensas y fuertes en todos los sentidos, hasta en las complicidades y las sociedades, esto no es para menos, es lo que les brinda congruencia y disciplina y, en cualquier momento, pondrá en orden la casa ya que es de urgencia hacerlo. Sabemos que no es hombre de debilidades al momento de tomar decisiones, es más, todos saben que en cualquier momento, su explosividad, adquiere tintes fuertes, y para el caso está, como ejemplo, lo sucedido en Atenco, en momentos terribles de la debilidad y brutalidad presidencial, donde se arriesgó a tomar los costos políticos cuando todos estaban fríos e indecisos…
En ocasiones pareciera que la frivolidad ha invadido las salas de los Pinos y nadie se explica la razón por la cual hay formas de rebasar los límites impuestos por la propia experiencia en el movilidad y los tiempos políticos, algunos, pierden los tiempos, y otros, los fondos y las formas, y esto es lo que genera caos y desconfianza, seguramente, el presidente, ha entendido que su sistema de comunicación no jala como debiera y que hay formas de presentar a los hombres fuertes ,de tal forma que sean las barreras donde se resuelvan y vean los conflictos nacionales antes de que, él, tome la determinación final en cada caso. Así que no se deben confiar: “el gallo es fino, pero está pelechando”.