¡Que conste,...son reflexiones!

  • Sócrates A. Campos Lemus

      SIN   duda, la declaración sobre su patrimonio que realizó la esposa del presidente Angélica Rivero de Peña, debe mantener en alerta a muchos políticos, y sobre todo, a muchos contratistas que sabemos son parte de los “lavadores” o cuidadores de los recursos que obtienen los políticos. Desde los tiempos remotos en este país, se conoce el nivel de enriquecimiento de los funcionarios, empresarios, banqueros y políticos y hoy, como magia de los tiempos, el enriquecimiento de los policías, por esa razón a pesar de que siempre se han realizado las denuncias, jamás se han realizado las investigaciones ni las aclaraciones sobre este tipo de cosas, alegando que lo que se pretende con eso, es lastimar la credibilidad de los funcionarios y políticos en el poder. Pero al paso del tiempo, todos podemos observar que los políticos y sus familias de pronto se convierten en poderosos empresarios o banqueros o inversionistas y así, si no se comprueba, cuando menos se prueba los dichos de la gente común y corriente que termina por aceptar esos enriquecimientos y esas fortunas salidas de los negocios que se hacen al amparo de la función pública o por las corruptelas que se conocen en todos los niveles. Por ello, después de que la señora del presidente fuera obligada a declarar públicamente el origen de sus recursos, los políticos y sus familias tendrán que tener a mano los argumentos que les permitan justificar sus fortunas hachas al amparo del poder o por medio del poder. Y si no tienen ligas y contratos con Televisa o con los banqueros y bancos más importantes del país, pues tendrán conflictos que les pueden generar dolores de cabeza.
         En verdad que si pensaron algunos de los “complotistas” contra el poder de que pondrían entre la espada y la pared al presidente, se olvidaron que es hombre que se crece a la presión y responde con voluntad y fuerza de tal manera que no faltan los que sostenemos que es peligroso, para el poder y para los mexicanos, el que se desaten las tendencias represivas y violentas en contra de todos los que están protestando, antes de agotar los caminos del diálogo y la conciliación. No sé si el presidente y sus consejeros y operadores tendrán la paciencia para evitar el uso de la fuerza, alegando que se pretende descarrilar los tiempos y las rutas que marcan las famosas “reformas estructurales” que se aprobaron gracias a los convenios y contubernios con los mafiosos que controlan los partidos políticos, y ya vemos el alto costo que cobran por esa protección y aval, de tal suerte que no solamente se pone en evidencia a un grupo de políticos ligados a la mafia, sino se pone en riesgo la seguridad del país y la credibilidad en sus instituciones, olvidando que los tiempos son distintos a los tiempos de la represión de 1968 y 1971, sobre todo, cuando hay más de 32 mil desaparecidos, más de cien mil asesinados en la guerra contra el narcotráfico y miles de encarcelados injustamente en este proceso, así como más de medio millón de desplazados y la evidencia de las relaciones entre políticos, funcionarios, empresarios, banqueros y delincuentes en todo el país.
         Lo terrible para Peña Nieto, es que está cargando con los muertos, desaparecidos, corruptos, desplazados, encarcelados del tiempo de Felipe Calderón y de muchos de sus aliados que, hoy en día, no valen más que un cacahuate, porque nadie cree en los partidos políticos ni en sus dirigencias. La crisis es grave porque se ajusta a una crisis económica, y cuando esto sucede, las cosas se ponen muy mal para todos y el resentimiento y la presión social es de tal magnitud que tiene muchas formas de estallar.
         No dudamos de que el ex gobernador del Estado de México y hoy presidente de la república, es un hombre exitoso y recibe ingresos adicionales por muchos canales y esto le permite tener una vida desahogada y tranquila, pero los escándalos lo hacen trastabillar, y si Atenco mostró su fuerza de carácter, este episodio familiar que involucra a su señora esposa y a la empresa Televisa, sin duda, marcará un nuevo rumbo en sus decisiones y acciones. Lo que sucede es que él deberá entender que este pueblo se ha quemado muchas veces la lengua con la mala leche de los políticos, y por esa razón, hasta al jocoque le sopla. Los asesinatos  brutales desde el poder en 1968 y 1971, así como los de la Guerra Sucia, siguen en la impunidad, como siguen en la impunidad los cientos de políticos de todos los niveles a los que se les ha acusado y demostrado sus corruptelas y no les pasa nada, la desatención para con miles de familias que reclaman la investigación sobre la muerte de sus seres queridos, las desapariciones forzadas de miles, el encarcelamiento de miles y el desplazamiento de miles, es lo que genera tanto pero tanto odio y rencor en contra de las gentes del poder, no es nada personal ni hay complots contra nadie, simplemente, hay reclamos de justicia.