La libertad de expresión en riesgo

  • Jorge E. Franco Jiménez

 

Complejo y grave el contexto de insatisfacciones de los sectores de la población en México que seguramente se recrudecerá a partir del cuarto año del gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, cimentado en una estrategia de permanente desorientación mediática inmersa en las contradicciones, secuela de las diarias entrevistas mañaneras que retroalimentan una serie de expresiones de choque y ataque directo a los medios de comunicación y críticas que con la misma intensidad dan respuesta a las imputaciones que se les hacen, con datos que objetivamente desmienten las afirmaciones del ejecutivo.

Las declaraciones que se hacen a nivel oficial como verdad irrefutable, contrastan con la realidad que las desmiente. En salud la insuficiencia de medicamentos en los servicios de salud para niños con cáncer; de padres que exponen en sus reiteradas protestas, su ira por el riesgo de pérdida de la vida en que se están sus hijos, además de las imágenes que en los medios televisivos los menores pidiendo que les suministren los medicamentos que están relacionados con la quimioterapia, pues el retardo dé su aplicación tiene como efecto el avance del mal de manera irremediable, es deplorable.

La inseguridad se hace presente en las noticias que diariamente recibimos sobre el número de agresiones y pérdida de la vida de delincuentes y civiles en enfrentamientos que ocurren en diversas entidades, sin una intervención contundente de las fuerzas de seguridad, revelando la ausencia de una estrategia definida en contra del crimen organizado, bajo el postulado de la no violencia, cuestión que nutre la percepción de que existe un acuerdo tácito entre autoridades y líderes de cárteles importantes para convivir bajo reglas no escritas. Los últimos datos confirman la muerte de quince personas en Reynosa Estado de Tamaulipas, diecinueve en Zacatecas y la persistente e incontrolable inseguridad y secuestro de habitantes de algunos municipios en Michoacán. Los índices oficiales disminuyen su impacto social.

La libertad de expresión como bastión del derecho a opinar, criticar y contribuir a un control ciudadano de los actos de los gobernantes de cualquier nivel, al igual que otras actividades relacionadas, ahora es motivo de cuestionamiento desde la presidencia de la República, con el “quien es quien en las mentiras de las mañaneras” convertido en mazo para anular la crítica desde el poder a pesar de los antecedentes constitucionales que protegen este derecho, La palabra del Ejecutivo permanentemente reproducida sobre un mismo tema, y su difusión masiva, se torna verdad incuestionable.

El Presidente, ante el señalamiento que hace la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de que atenta contra la libertad de expresión en “Quién es quién en las mentiras de la semana” dice que este argumento es ventajoso, pues en su opinión que, lo que él dice respecto no trasciende a la libertad de expresión; que es una vergüenza que esa organización internacional de derechos humanos, defienda un periodismo de mentiras; que es ventajoso lo enfatizado por la CIDH, porqué inhibe la comparación de ideas mediante un diálogo circular, protegiendo el monopolio de la verdad. Es decir que su verdad, la del presidente no debe ser cuestionada.

Agregaron el presidente y su vocero que “¿Cómo no vamos a tener el derecho de decir: ‘Esta es una calumnia’ y probarlo?, ¿tenemos que callarnos?, ¿los medios pontifican, tienen la verdad absoluta, nadie puede replicar?”; el gobierno federal no busca desacreditar a periodistas ni a medios de comunicación, sino estigmatizar la mentira; “El gobierno busca reducir el daño de la desinformación y las mentiras. No se desacredita a periodistas ni a medios, se estigmatiza la mentira” “Esta deliberación incluye la aclaración sobre información errónea o falsa que se publica en medios y redes

La libertad de expresión es derecho amplio que sustenta la existencia de una sociedad democrática como lo es México,  por lo tanto, de acuerdo con lo definido por la Corte Interamericana de Derecho Humanos, tiene dos dimensiones que delinean que no es lícito invocar el derecho de la sociedad a estar informada verazmente para fundamentar un régimen de censura previa supuestamente destinado a eliminar las informaciones que serían falsas a criterio del censor, como tampoco sería admisible que sobre la base a difundir informaciones e ideas  se constituyan monopolios públicos o privados según un solo punto de vista.

Estos datos nos permiten contrastar que el derecho a la libertad de pensar y expresarse están en trance, pues el Presidente se ha adjudicado el derecho a la verdad uniformada del poder modificando el esquema de censurado para convertirse en censor, como lo señala la Corte Interamericana e inhibir el derecho a la crítica de los medios de difusión hablada o escrita como persona pública que es y que como tal cuenta con los medios para controvertir jurídicamente lo que estime falso ante la autoridad competente.

“Quién es quién en las mentiras de la semana” es un esquema que restringe, en asuntos públicos, el derecho a pensar y expresarse respecto a los temas de esa naturaleza.

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