El modelo económico neoliberal, la educación, los maestros y sus sindicatos

  • Carlos Noé Sánchez Rodríguez

La desigualdad económica  es documentada casi todos los días, por los medios masivos de comunicación, proveniente de instituciones serias sin sospecha de parcialidad como la Oxfam o la CEPAL, donde anuncian el crecimiento de la desigualdad económica, y por ende el aumento de la pobreza en proporciones ingentes, por ejemplo Alicia Bárcenas de la CEPAL declaró hace poco que 62 personas poseían más riqueza que el 50% de la población mundial, esta terrible concentración tiene su base en el modelo económico denominado neoliberal capitalista que opera en todo el orbe, pero además la tendencia de acumular riqueza en unas cuantas manos se acentúa cada vez más, es decir los grandes ricos aumentarán su riquezas, mientras que por otro lado las masas más empobrecidas se harán aún más miserables.

En México 4 magnates tienen una fortuna de 142,900 millones de dólares, mientras que tres millones de trabajadores ganan un salario mínimo en promedio, según el investigador Julio Boltvinik del Colegio de México dice que  hay 100 millones de pobres, en cambio el ingreso del 10% de las familias más ricas se incrementó del 35% al 62%  y el 1% de estas familias concentra el 22% del ingreso total y ganan en promedio $973,000 de pesos mensualmente  y el 0.1 % poco más de 31,000 ganan $5,000,000 mensuales (La magnitud de la desigualdad en el ingreso  y la riqueza en México) Cepal 2015 

Esta situación, es la verdadera causa de la mayoría de los males que la  sociedad moderna padece, como la pobreza, el desempleo, la violencia, la corrupción, la miseria etc., y se complementa  con la injusticia, la ignorancia, la informalidad en el trabajo, la falta de oportunidades, la impunidad, la inequidad etc.

Por otro lado el estado y sus instituciones no sólo no atacan las causas de la desigualdad si no que son los verdaderos instrumentadores del modelo económico neoliberal, utiliza todos sus recursos legales, políticos, e ideológicos, para conservar y hacer más eficientes las formas de la producción que apuntalan el sistema económico capitalista dependiente a pesar de las severas consecuencias vistas arriba, un ejemplo de ellos  es la educación; desde hace ya algunos años la educación sobre todo la medio superior y superior, se ha enfocado a formar técnicos y profesionistas adaptados al sistema, principalmente en el campo tecnológico, para que nuestra nación cumpla con su papel de adaptar a nuestras condiciones, las tecnologías muchas veces ya desechadas de los países industrializados, y por eso no se crean verdaderos científicos, innovadores, creativos, y capaces, sino simples adaptadores de otras realidades sin salirse del modelo económico neoliberal, ni criticarlo y superarlo, los planes de estudio de los tecnológicos, pasando por los Cecyte, Conalep, Cbtis,  Cbtas etc., y las Universidades controlados ideológicamente por el estado, y compuesto por terminologías copiadas de los países referidos, están orientados a alentar el modelo económico neoliberal, y así reforzar las cadenas del empobrecimiento de los trabajadores. La formación de técnicos muy  parcializados en su conocimiento, sin cultura general sólida, con una filosofía individualista, antihumanista y pragmática, ha penetrado en todos los centros de estudios, incluidos la formación de maestros de todos los niveles, y si esto lo complementamos con la mediocridad por diversos motivos en la enseñanza-aprendizaje de la inmensa mayoría de estos centros, encontramos los resultados que ha venido presentando nuestro País desde ya algunos años en las evaluaciones internacionales de organismos como la OCDE, en donde siempre ocupamos los últimos lugares de las naciones evaluadas, además de las altísimas deserciones en los niveles medio y superior.

        Así, sin quererlo y sin saberlo muchos mentores, fortalecen las cadenas que atan al pueblo más pobre a las cadenas de explotación y sufrimiento, la mayoría presionado por las circunstancias de su problemática personal económica y social adoptan un conformismo pasivo y solo defienden sus intereses personales sin enfrentar las verdaderas causas de su situación financiera que es la problemática de la nación entera y por eso luchan pero no con el pueblo, sino que en contra de los intereses ms generales del mismo. Otros más conscientes de la situación pero presionados por la burocracia, y por las autoridades de la SEP, luchan aisladamente, pero no encuentran un proyecto factible y posible para formar hombres y mujeres que hagan una nueva patria con formación científica, humanista, con un alto contenido social y político y con una cultura general, que puedan innovar, crear, imaginar y desarrollar una nueva sociedad más equitativa, más justa,  más libre y más democrática.

       Los organismos que deben velar por los intereses de los maestros, como son los sindicatos, adoptan una política de alinearse como la mayoría de los gremios de los trabajadores en general y que la sociedad le han llamado “charros”, al defender no los intereses de sus agrupados, sino los de los sectores empresariales, y sólo simular una lucha que ahora le llaman posible y permitida, pero que en esencia es lo que les dicen los patrones, los sindicatos de los maestros burocratizados y corrompidos se han adaptado muy bien al sistema, y algunos que se dicen independientes luchan por sus intereses personales y profesionales, pero sin tomar en cuenta los intereses del pueblo trabajador y entonces se vuelven contra él, y se olvidan que en sus manos está el instrumento de la transformación del País que es la educación de las nuevas generaciones. Pero la mayoría de los sindicatos, sin darse cuenta que lo que los maestros producen  con su labor es la conciencia próxima del País creen que cumple su papel al aliarse con la burocracia para defender a los maestros que por su conducta  y actitud perjudican a la educación y por ende a los hijos del pueblo pobre, así al defender a maestros malos, desahuciados  por los alumnos para enseñar, y que los exámenes actuales muy poco reflejan, en realidad abonan a la educación mala del que el  sistema económico se alimenta.  

        Luchar por una educación científica, libre de dogmas, democrática y dirigida a la emancipación de los trabajadores que son los que producen la riqueza pero que en las condiciones actuales se las arrebata unos cuantos ricachones, es una necesidad urgente, patriótica y revolucionaria.