El federalismo. Objetivos. Realidad. Distribucion de la riqueza

  • Jorge E. Franco Jiménez

El Federalismo tiene diversos enfoques, entre los que resalta el sociológico que permite situarlo en el plano del reconocimiento a los distintos grupos sociales, y una firme creencia en que estos grupos es posible organizarlos en formaciones más amplias, pudiendo obtenerse una superior coordinación y expansión en todos los órdenes, según Jacinto Faya Viesca; agrega que uno de los puntos de partida es aquel que contempla a un país, a una Nación, tomando en cuenta toda su unidad, y a su vez, toda su diversidad, afirma que, en el caso de México, el fenómeno es palpable, porque no hay coincidencia entre el espacio político y las expresiones sociales, pues está constituida por una gran heterogeneidad en lo económico, en lo cultural, en la distribución de la riqueza, según sea la región o entidad federativa que se observe.

Las características del Federalismo como expresión de la organización socio política de un Estado, precisa distribución de competencias entre el Poder federal y los Estados-miembros; la aprobación y vigencia de una Constitución federal; un reparto de atribuciones en política económica y financiera, así como de órganos del Estado federal, de un control judicial, de un proceso constitucional para la revisión de la Constitución con la participación de los gobiernos locales.

Todo este diseño es ideal es elque formalmente se adoptó en nuestro país, porque contamos con una Constitución que contempla los elementos del federalismo, sin embargo, en su aplicación, ha sido deformado, con los defectos e ineficiencias que día a día trascienden a la población en sentido negativo, que muestra una realidad diversa a la pensada por los Constituyentes, a partir  de 1824, que a la fecha ha ido conformando a la actual estructura prevista la Carta Magna, como depositaria, en teoría, de las decisiones fundamentales del pueblo Mexicano.

Los principios en que se sustenta han operado en sentido inverso en nuestra entidad, como lo demuestra el rezago en que se mantiene, probado de manera cruda, con los asuntos de  educación, la salud, el índice de pobreza, el déficit público, empantanadas en las exigencias de los diversos sectores sociales, que exigen mejorar lascondiciones de desarrollo, ante una crisis política, social, económica e institucional, de ejercicio del poder, en beneficio de una elite privilegiada, que alimenta, mantiene y acentúa el encono social y el enfrentamiento que contrasta con la de otros estados en pleno adelanto, como Puebla, Monterrey, San Luis Potosí, Jalisco, aun con su crisis en seguridad; ese entorno hace evidente la asimetría derivada del Federalismo deformado en que transita la República.

En ese entono se intensifica la inconformidad en la entidad consecuencia del trato diferenciado que ha recibido de los gobiernos centrales que lo mismo premian que castigan, de acuerdo a los intereses políticos en juego. Ese aspecto dañino contamina la distribución de las atribuciones que le corresponden ejercer a cada entidad como parte de ese ente que mantiene la unidad de un estado organizado, el federalismo, pues las ha anulado en gran parte, tornándolas dependientes en todos los aspectos e impedido el progreso sostenido que como meta se fija en los planes de gobierno federal, locales y municipales.

Es una realidad que México en el contexto actual, presenta una situación compleja en los rubros político, social y económico, que trascienden, acompañados de una fuerte y sostenida ola de denuncias sobre corrupción, y responsabilidades en que presuntamente han incurrido altos y medianos funcionarios federales, estatales y municipales, situaciones que impactan, la opinión y la confianza ciudadana, atribuida en gran medida al proceso electoral de la próxima elección de diputados y de gobernadores.

Eseambiente, prevalece en Oaxaca desde ya hace varios sexenios, con la cuestión del conflicto latente del magisterio y el ahondado rezago educativo. Este suceso, no es el único, para reflexionar que el federalismo como sistema, no ha beneficiado a la población Oaxaqueña, con sentido de equidad en relación a otros estados, ni ha recibido el apoyo que requiere para romper esa barrera de una injusta e inequitativa distribución de la riqueza de la Nación, entre todos sus componentes.

Sin pretender justificar la exigencia del magisterio y los actos de corrupción que han convivido, a partir del diecinueve de mayo de mil novecientos noventa y dos, en que se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, que celebraron el Gobierno Federal y los de los Estados, a lo que se denominó Federalización de la Educación, con diversos objetivos que hoy se reproducen en la cuestionada reforma constitucional de esta materia; el cambio introducido no beneficio al pueblo Oaxaca ni motivó una mejora en la calidad de la educación, desde entonces, como atribución de un Estado Federal, sino que incentivo resultados perjudiciales.

Un mecanismo que incidió negativamente en este  giro en visión el sistema educativo, en Oaxaca, fué el traspaso que el Gobierno federal hizo a los de los Estados de los establecimientos escolares con todos los elementos de carácter técnico y administrativos, bienes y los recursos financieros, es decir todo el aparato burocrático, asumiendo la vigilancia de su cumplimiento y desde luego el control de los programas para la educación preescolar, primaria, secundaria y normal, resaltando que dicha autoridad, la federal “velará por que se destinen recursos relativamente mayores a aquellas entidades con limitaciones y carencias más acusadas…Asimismo convendrá con aquellos gobiernos Estatales que hasta ahora han aportado recursos modestos a la educación, en que incrementen su gasto educativo a fin de que guarden una situación más equitativa respecto de los Estados que, teniendo un nivel similar de desarrollo, ya dedican una proporción significativa de sus presupuestos a la educación”

Esto se afirma, sin ser experto en esa finanzas, en lo que es conocido públicamente, el déficit educativo y la carga de un adeudo creciente e impagable a cargo del Gobierno del Estado. Oaxaca antes de la Federalización Educativa, no presentaba un estado de crisis severa en la cuestión educativa que se emparejaba con las de las comunidades, mediante el impulso que propició el Gobernador y luego Secretario de Educación Público del Gobierno Federal Víctor Bravo Ahuja, sin embargo, los recursos propios, no empataron con la nueva conformación del aparato entregado al gobierno local de la educación, ni lo financiero, lo que ha tenido como efecto, el endeudamiento.

En esta trama como efecto natural, el Gobierno del Estado pulverizó su exigua y propia aportación de recursos a la educación que provocó el crecimiento de hoy Instituto Estatal para la Educación y el trato con dios expresiones de un mismo Sindicato que duplican anualmente los salarios y prestaciones, y el costo de la compra de favores de los líderes de las facciones que orientan a la sección en el Estado.

En este sentido, al Gobierno de Oaxaca, se entregó un sistema caro, sin tomar en cuenta la disparidad regional que hoy son motivo de conflicto en la ley educativa local, cuyo mantenimiento no ha sido fondeado por la Federación de manera compensada, como se le imponía el pacto educativo de 1992, por ello, los gobiernos de Oaxaca, recurrieron a los préstamos, anticipos del presupuesto federal del año siguiente, a ocupar su erario, destinado a otros servicios, para cubrir  compromisos sindicales propios. Estas secuelas del Federalismo Mexicano, son una responsabilidad compartida por los niveles de gobierno federal, del Estado, y magisterio, que han afectado a todos los sociales, como el empresarial, social y laboral. Por cierto en ese pacto se insertó, como paradigma, la necesidad de mejorar la calidad en la educación.

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