¿Se aplicará a todos los candidatos por parejo la nueva ley electoral?

  • Aquiles Córdova

Sin mucha sorpresa, pues conozco bastante bien el perfil intelectual y la catadura moral de esta gente, leí en “EL HERALDO” del 6 de abril de 2015 la siguiente nota:

“Tras iniciar la campaña política por el distrito 38 federal, Delfina Gómez Álvarez, candidata a diputada federal por Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en su discurso denunció que a través de «difamación y guerra sucia» la organización priista Antorcha Popular pretende «dividir a los pobladores y apoderarse del municipio de Texcoco». En tanto, el presidente Nacional del Comité Directivo del partido Morena, Martí Batres detalló  que «es difícil combatir al monstruo desde las entrañas mexiquenses, al referirse a la organización priista Antorcha Popular». También, se refirió a los homicidios de líderes campesinos de la Unión Campesina Independiente en el estado de Puebla, perpetrados por la organización Antorcha Popular. El legislador mexiquense, Horacio Duarte Olivares aseguró que la organización Antorcha Popular lucra con la pobreza de la gente, hizo un llamado a los pobladores a no dejarse engañar por «este grupo sedicioso que intenta desestabilizar a nuestro municipio al difundir que ocupamos el quinto sitio en inseguridad en la entidad»”. Hasta aquí la nota.

Vayamos por partes. 1.- Delfina Gómez acusa que Antorcha Popular pretende “dividir a los pobladores y apoderarse del municipio de Texcoco” mediante la “difamación y guerra sucia…”. Aunque ella (o la nota) no lo precisa, el blanco del ataque es el abanderado priista para la presidencia municipal de Texcoco, el doctor (en Economía por el Colegio de México) Brasil Acosta Peña, de donde se deduce que, según Delfina Gómez, pretender ganar el gobierno de una alcaldía como quiere el doctor Acosta Peña es, sin más, un intento de “dividir a los pobladores y apoderarse” del municipio en cuestión. Es decir, que por un simple acto de prestidigitación verbal, la señora Gómez Álvarez transforma un indiscutible derecho democrático, exactamente igual al que ella ejerce al postularse para una diputación, en un doble delito: “dividir”  a los pobladores y “apoderarse” de Texcoco. Si es así, de ello resultaría que todos los candidatos a presidentes municipales, incluidos los de Morena, cometen el mismo delito y deben ser denunciados igual que el Dr. Acosta Peña. Adicionalmente, hay que notar el prepotente acento patrimonialista, de dueña indiscutible del municipio de Texcoco y de todos sus habitantes, de cuya propiedad pretende despojarla el candidato antorchista. Así pues, buscar el gobierno de un municipio equivale a querer “apoderarse” de él arrebatándoselo a su legítimo dueño y es cometer, por tanto, el delito de despojo, que sería el caso, según Delfina Gómez, de todos los que pretendan lo mismo que el Dr. Acosta Peña. Por añadidura, hasta al más lerdo de los mortales entiende que, quien quiere ganar una elección, no busca “dividir”, sino “unir” en torno suyo a los futuros electores. Por último: ¿dónde están, en qué consisten la “difamación y guerra sucia” de que se queja la señora Gómez? Al menos en la nota de referencia no hay siquiera rastro de algo que justifique tal acusación.

2.- Sobre las afirmaciones de Martí Batres, aclaro de entrada que su supuesta impotencia para combatir al monstruo priista-antorchista “desde la entraña mexiquense” es pura hipocresía, una cortina de humo para ocultar el verdadero fondo de la situación electoral en Texcoco. Nosotros disponemos de información segura sobre la alianza firme entre Morena y el priismo dinosáurico mexiquense para bloquear, a como dé lugar, la llegada del Dr. Acosta Peña a la presidencia de Texcoco, alianza de la cual las acusaciones de que aquí me ocupo son una prueba elocuente; sabemos bien de los recursos y ayudas que salen de finanzas del Estado de México para apoyar a Morena en Texcoco y, por si hiciera falta, observe usted, amigo lector, la conducta y los movimientos de los “verdaderos priistas texcocanos” y podrá comprobar que no es al Dr. Brasil Acosta a quien apoyan. Los homicidios de “líderes campesinos” de la UCI son una muy vieja y desteñida calumnia, jamás probada por nadie y sobre la cual ha recaído ya veredicto legal (en varios de esos crímenes), además del testimonio de la aplastante mayoría del pueblo de Huitzilan de Serdán, que reconocen la inocencia de los antorchistas y la inocultable responsabilidad de la pandilla de asesinos que se esconde tras el membrete de la UCI.

Añado que, apenas el día martes 31 de marzo, acompañé al gobernador de Puebla en la entrega que hizo, ante más de 10 mil indígenas huitziltecos, de dos obras de una magnitud e importancia sin paralelo en toda la Sierra Nororiental de Puebla: un Hospital Integral equipado con el instrumental más moderno, y un Centro Integral de Servicios Municipales que incluye espacios e instalaciones bellos y funcionales para la práctica del deporte y la cultura de la juventud huitzilteca. Los 10 mil indígenas allí reunidos aplaudieron y agradecieron al gobernador la inversión realizada, pero también aplaudieron (y mucho) al Movimiento Antorchista Nacional, que fue el gestor, y en buena parte ejecutor, de esas obras. Y éste es sólo el avance más reciente; antes de eso se han fundado escuelas, desde jardín de niños hasta de nivel profesional; se construyó un auditorio municipal con capacidad para 2 mil 500 personas, se reconstruyeron totalmente el Palacio Municipal y la Iglesia, se introdujo el drenaje, el agua entubada, se pavimentaron casi todas las calles y se asfaltó el tramo carretero Huitzilan-Paraíso que conecta a este municipio con la importante carretera interserrana. Y mucho más que omito por falta de espacio. Ahora pregunto: ¿qué han hecho por Huitzilan Martí Batres y su Morena? ¿Qué los “líderes campesinos” de la UCI? ¿Sabe siquiera Martí Batres dónde se encuentra Huitzilan y cómo se llega a ese apartado lugar de la geografía poblana?

Los asesinatos de Huitzilan, que ciertamente son numerosos y la mayoría de ellos contra inocentes, como mujeres, ancianos y niños, se cometieron casi todos antes de que Antorcha llegara a ese lugar y, por tanto, es un simple absurdo cargárselos a ella. Los verdaderos asesinos son los “líderes campesinos” de la UCI que Martí Batres quiere convertir en héroes. Esos “líderes campesinos”, en sucio maridaje con los caciques del lugar, mataron a cuanta gente se opuso a su control brutal y retardatario sobre el municipio de Huitzilan, y doy un solo ejemplo de la barbarie allí desplegada: en pleno día y en el centro mismo del poblado, abatían a un “enemigo” y montaban guardia para impedir que el cadáver fuera levantado y sepultado por los deudos; al que se acercaba lo mataban también sin ninguna piedad ni remordimiento. Así, los cadáveres de las víctimas eran devorados por los perros (y a veces por las aves de rapiña) ante la impotencia de la familia y de todo el pueblo. De este horror los salvó Antorcha Campesina, no sin haber pagado una alta cuota de sangre de varios de sus militantes, y los encaminó por una senda de desarrollo y progreso. Ahora pregunto: ¿Sabe esto Martí Batres? Si no lo sabe, yo lo acuso de mentiroso e irresponsable; si lo sabe y a pesar de eso defiende a los “líderes campesinos” de la UCI ¿no tengo yo derecho a acusarlo de cómplice de tan horrendos crímenes? ¿Y es éste el jefe de un partido que pretende gobernar al país entero?

3.- Horacio Duarte nos acusa de lucrar con la pobreza de la gente. Esta es otra calumnia vieja y manoseada que nadie ha probado jamás, a pesar de lo cual, yo lo emplazo a que presente las pruebas y la denuncia correspondiente ante autoridad competente, so pena de quedar exhibido como un calumniador y mentiroso contumaz. También nos llama “sediciosos” porque queremos “desestabilizar” a “nuestro (?¡) municipio” (otra vez el tono patrimonialista) al difundir que Texcoco ocupa el quinto lugar en inseguridad en todo el Estado de México. ¿Es esto cierto o no, señor Duarte Olivares? Y si no lo es, ¿por qué no da Ud. la cifra correcta? ¿Y por qué un dato así, aun suponiendolo falso, es “sedicioso” y “desestabilizador”? ¿No lo son más las brutales y sucias acusaciones de su líder Martí Batres? Para terminar, leo en el diario “8 Columnas” la declaración del candidato del PRD (hermano siamés de Morena), Jorge de la Vega Membrillo: “… hay gente que busca llegar a la alcaldía de Texcoco y convertirlo en otro Chimalhuacán, otro Ixtapaluca; pero los ciudadanos que sí quieren a Texcoco ya saben cómo son y de su malsana forma de gobernar”. A don Jorge no le gusta la forma de gobernar de Antorcha y está en todo su derecho, pues seguro prefiere el estilo que la familia Abarca aplicó en Iguala, Guerrero. Pero lo que ya no es tan claro es qué objeta o de qué acusa a los gobiernos antorchistas de Chimalhuacán e Ixtapaluca, y llama la atención que teniendo tan cerca a ambos municipios, no se haya tomado la molestia de darse una vuelta por ahí para ver y documentar nuestra “malsana forma de gobernar”. Mucho le hubiera ayudado, además, presentar el testimonio masivo (no el de uno o dos inconformes, que donde quiera los hay) de los habitantes de ambos municipios, para ilustrar e informar en serio a “los que sí quieren a Texcoco” de lo que se están perdiendo, o de lo que salen ganando, al votar por el PRD y no por los “malsanos” antorchistas.

De todo lo aquí dicho, sólo queda probado, y de modo irrefutable, con sus propias palabras, quién o quiénes son los que están desatando una “difamación y guerra sucia” contra el candidato Antorchista a la alcaldía de Texcoco. Y por allí anda el jefe de toda esta claque, el inefable Martí Batres, presentando quejas y denuncias por agravios cometidos en contra de su partido ante la PGR. ¿Con qué derecho cuando él hace exactamente lo mismo o algo peor? ¿Es que la ley electoral, como suele ocurrir con mucha frecuencia, sólo se aplicará con todo rigor a los débiles de siempre, a quienes no gozan del apoyo y del contubernio de un poderoso goberante o funcionario estatal? ¿Qué dice a todo esto el flamante y todopoderoso INE, que en esta elección recibe su bautismo de fuego?