La autonomia, es tambien democracia

  • Carlos Noé Sánchez Rodríguez

 Recientemente la prensa local estuvo muy atenta al intento del congreso del estado, al tratar  de “violar” la autonomía de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, al incluir una palabra en una de las leyes secundarias a la recientemente reformada ley de educación aprobada por el Congreso de la Unión;  para quienes no somos expertos en derecho pero que tenemos un sentido común, la famosa palabra si era un intento de que el gobierno del estado pudiese intervenir en la elaboración de los planes de estudio, (que sinceramente no creo que vayan a ser muy diferentes de los existentes), Por esta situación la respuesta de los miembros de la universidad fue rápida y con fuerza de masas, aunque muchos estudiantes hayan revelado que fueron acarreados, pero habría que hacerlo y lo hicieron, y con ello no solo impidieron que fuera violada la autonomía  sino que además se anotaron un sonoro triunfo contra el ejecutivo, que desde el inicio del sexenio inicio la gresca.

     Sin embargo la autonomía que no es más que la capacidad de dictarse así misma las normas y leyes que rigen la vida colectiva, y en esta última sólo se puede llevar a cabo con la participación de todos, para que todos sepan y discutan esas normas y leyes que van a regir su vida; para ello se  necesita que se reglamente y que se practique abierta y libremente una democracia auténtica, en la que todos los sectores por igual y con el peso específico que tienen defiendan sus intereses, que por más que se intenten decir lo contrario no son los mismos, para que todos puedan opinar no sólo en los problemas internos de una Universidad, sino como su nombre lo indica, también en los problemas nacionales e universales. Así y solo así la autonomía tiene sentido y valor, y sus resultados en la preparación científica, política e ideológica tendrán que ser muy superiores.

     Desgraciadamente en nuestra nación en los últimos años poco se puede hablar de verdadera autonomía, la experiencia de las clases privilegiadas han impuesto su interés académico opuesto muchas veces al interés público, y la muestra más clara es que ya desde algún tiempo no se ha fundado alguna institución que goce autonomía, hoy casi todo es tecnología, institutos y universidades han eliminado el sello de la autonomía para imponerse solo el que dicta una parte, y por cierto muy minoritaria de la humanidad; pero el dilema es que los problemas siguen ahí, el desempleo, la pobreza, la corrupción en todos los niveles, la violencia, la injusticia etc., son muestras muy claras que un solo interés como el de los privilegiados no pueden componer el barco de la sociedad y en él estamos todos.

     Por ello los directivos de la universidad deberían realmente de pelear la autonomía, democratizando la universidad, todo mundo se da cuenta que ahí solo los intereses políticos de un reducido grupo campea a su gusto, los demás interés son opacados por la falta de democracia, donde los estudiantes que son la mayoría no son escuchados pues sus representantes al llamado Consejo Universitario, casi nadie los conoce, así la pugna entre la universidad y el congreso sólo se ve como el de un escaparate más entre dos grupos poderosos que se disputan el poder, pero no la verdad.