• Salud

Adolescente se vacuna a espaldas de sus padres antivacunas

La guerra de los padres contra las vacunas es un problema con más de 20 años.

Ha sido mucha la polémica alrededor de los padres antivacunas, pero en realidad este problema ha ocurrido desde 1998, cuando el médico británico Andrew Wakefield, publicó un estudio en el que relacionaba la administración de la vacuna triple vírica, con una mayor probabilidad de desarrollar autismo.

Desde entonces, padres en todo el mundo dejaron de vacunar en masa a sus hijos, total, gran parte de las enfermedades existentes estaban prácticamente erradicadas y parecía casi imposible contraerlas.

Sin embargo, gracias a las vacunas fue que se llegó a dicho estadio, y el hecho de que se dejara de vacunar a los hijos, provocó que las infecciones tuvieran vía libre para su difusión de nuevo.

Años después, se comprobó que dicho estudio había sido llevado a cabo de forma fraudulenta, financiado por abogados pertenecientes a grupos antivacunas, por lo que Wakefield se retractó, pero el daño ya estaba hecho.

Las vacunas son seguras y no están relacionadas con el autismo.

Sin importar el sin número de estudios que se publicaron posteriormente para demostrar la seguridad de las vacunas, así como su nula relación con el autismo, muchos padres se quedaron con la idea de que las vacunas ponían en peligro la salud de sus hijos y es incluso hasta ahora que se continúa luchando contra este problema.

De hecho, uno de los casos más sonados recientemente, fue el del adolescente que decidió vacunarse por cuenta propia, una vez superada la mayoría de edad. Ethan Lindenberger, un joven de Ohio, pidió orientación en Reddit para llevar a cabo dicha tarea, pues sus padres habían decidido no vacunarlo por miedo a que pudiera contraer autismo.

Niños alrededor del mundo mueren cada día a causa de infecciones completamente prevenibles.

Afortunadamente Ethan no contrajo ninguna enfermedad a lo largo de sus 18 años de vida, sin embargo, son muchos los niños que no corren con la misma suerte y terminan enfermos o falleciendo a causa de una infección completamente prevenible.

De hecho, ahora Lindenberger está preocupado por sus hermanos menores:  “Si contraigo la tos ferina, puedo superarlo porque soy mayor y tengo un buen sistema inmunológico. Pero, ¿quién puede decir que no toso a mi hermana de dos años? Es un pensamiento extremadamente aterrador".

Por último, tanto niños muy pequeños como personas inmunodeprimidas no pueden vacunarse, pero sí pueden contraer una enfermedad al estar en contacto con personas infectadas, por lo que es importante que quienes los rodean sí sean vacunados; además de protegerse a sí mismos, protegen a los demás.

Encuesta

¿Qué calificación le otorgará al desempeño que ha tenido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador?