La leche y los productos lácteos figuran entre los alimentos más investigados y existe gran número de estudios que sustentan la importancia de su consumo a lo largo de todas las etapas de la vida del ser humano. Y es que representan 43% de los alimentos nutricionales fundamentales para el ser humano,  lo que coloca a la leche como un alimento esencial para mejorar el estado de salud y reducir el riesgo de enfermedades.

De acuerdo con la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec), incluir como fuente principal de proteína leche y productos lácteos es clave para lograr una buena nutrición y estado de salud en todas las etapas de la vida.  

El consumo de tres porciones de productos lácteos al día:

En el embarazo:  

Aporta alrededor de 80% de las necesidades de calcio.

Y el 30% de la recomendación de ingestión de zinc.

Durante la niñez:

Se asocia con una mayor masa y densidad ósea.

Estimula el crecimiento.  

En la adolescencia:

Reduce  hasta 38% el riesgo de padecer diabetes en mujeres en la edad adulta.  

Un desayuno alto en proteína reduce el riesgo de obesidad y sobrepeso.  

En los adultos:  

Está considerada como una bebida rehidratante en la pérdida de líquidos perdidos durante el ejercicio y contribuye a la recuperación muscular.  

Su consumo tiene efectos positivos en el desarrollo cerebral, capacidad de aprendizaje y memoria.

Y en los adultos mayores:  

En adultos mayores evita la desmineralización ósea, combate el insomnio y la ansiedad.

 La leche en cifras

10 países producen cerca de 60% de la leche alrededor del mundo.  

En las últimas tres décadas la producción de leche creció 50%, al llegar a 754 millones de toneladas.

Más de 6,000 millones de personas en el mundo consumen leche y productos lácteos.

 México es el tercer productor de leche en Latinoamérica y el cuarto consumidor de lácteos.

Pero ocupa una de las últimas 30 posiciones en consumo per cápita dentro de un ranking de 100 países.