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Rescatan en Oaxaca un órgano del siglo XVIII

  • Oscar Rodríguez
Es el único que existe en América Latina y que nuevamente volvió a sonar en un concierto de música antigua y sacra.

Oaxaca.- En Oaxaca fue rescatado un órgano del siglo XVIII, el único  que existe en América Latina y que nuevamente volvió a sonar en un concierto de música antigua y sacra, dentro del Festival Internacional de órganos antiguos.

El evento emblemático se desarrolló en el templo dominico del poblado de Tlacolula de Matamoros, en una magna misa que fue oficiada por el arzobispo de la diócesis de Oaxaca José Luis Chavez Botello, quien incluso bendijo el instrumento musical de viento.

El proyecto de restauración de este ejemplar fue promovido por el Instituto de Órganos históricos de Oaxaca A.C. (IOHIO) y financiado por la Fundación Alfredo Harp Helú, informó el ingeniero Marciano Sánchez del IOHIO.

Reconoció que la primera fase del proyecto fue de octubre de 2012 a febrero de 2013; luego de enero a febrero de este año, avanzándose en la restauración de la policromía y dorado de la caja y las flautas de la fachada  que fue dirigido por el restaurador oaxaqueño Eric González Castellanos.

Detalló que la segunda fase  se ejecutó de noviembre de 2013 a febrero de 2014, en cuanto a la restauración mecánica y sonora del instrumento, fue realizado por el Taller Gerhard Grenzing, El Papiol, España, con la ayuda de dos oaxaqueños: el organero David Antonio Reyes y el organista Joel Vásquez González.

Según información proporcionada por el IOHIO, de acuerdo con documentos resguardados en los archivos del templo de Tlacolula, el órgano fue construido en 1791 por el maestro organero Manuel Neri y Carmona con un costo de 700 pesos, más 200 pesos adicionales que cubrieron el costo del dorado.

Una de las flautas más altas de la trompetería interior tiene una inscripción incisa con la fecha "1666"; además se encontraron marcas con la forma de una cruz cuadrada en varias flautas del interior.

Estas cruces se asocian a un periodo de gran influencia dominica en Oaxaca que inicia en el siglo XVI y corre hasta mediados del siglo XVIII a partir del cual, comienzan a desaparecer conforme esa influencia empezó a decrecer.

Además se sabe que los últimos órganos oaxaqueños que presentan estas cruces dominicas incisas en sus flautas datan de la década de 1740, por lo que se asume que la tubería del órgano de Tlacolula fue construida en una fecha anterior a la caja de 1791.

La tubería del órgano es homogénea y durante el proceso de la restauración se puso en claro que era más antigua que el resto del instrumento. Los tubos parecen haber sido reciclados de un instrumento anterior, ya que 700 pesos del siglo XVIII no bastaban para financiar la construcción de un órgano completo. Sin embargo, eran suficientes para cubrir el costo de la caja, los fuelles y el mecanismo interno.

Marciano Sánchez precisó que es posible aseverar que el órgano de Tlacolula posee la tubería completa más antigua entre los órganos barrocos del estado de Oaxaca y de la zona sureste de México, capaz de producir un sonido similar al generado por un instrumento del siglo XVII.

Ello porque abundó, la caja del órgano de 1791 posee un patrón decorativo anacrónico, ya que se hizo bajo el estilo barroco cuando dicho estilo prácticamente se había extinguido.

Para ese tiempo, la decoración de las cajas de los órganos se dejaban en un tono natural o se pintaba en un solo color, siguiendo los cánones establecidos por el estilo Neoclásico.

Indicó que los mascarones del flautado de la fachada también siguen un estilo decorativo anacrónico que dejó de usarse desde mediados del siglo XVIII en Oaxaca. Su delicada factura y su expresión individualizada dan continuidad a la tradición barroca y contrastan drásticamente con la feroz expresión de los mascarones típicos de finales del siglo XVII y principios del XVIII que podemos encontrar tanto en órganos mexicanos como europeos.

En tanto, el encargado de ofrecer un recital dentro del festival de órganos antiguos, el español Roberto Fresco, -quien fue el responsable de tocar el órgano de la catedral de Madrid-, dijo mostrarse halagado por ser el encargado de hacer sonar el instrumento.

“Es para mí una medalla, un reconocimiento a mi trayectoria, permitir tocar este órgano, que es de lo más antiguos que conozco en el mundo”. “La última vez que vine a Oaxaca fue hace 3 años, y es para mí un honor haber sido considerado como una estrella dentro del recital, porque me tocó la encomienda de tocar en el evento magno del festival”, dijo.

“Hacer sonar este órgano es una halago porque su sonido es profundo, más nítido, incluso mejor que el sonido de alta definición, porque está elaborado con una sincronía casi perfecta”.

Mencionó que hacer sonar el órgano en su propia personalidad y valor,  permite impregnar más color, belleza a un pueblo tan místico y  pluricultural como lo es esta tierra, como es Oaxaca.

En tanto el empresario Alfredo Harp Helú, responsable de la restauración del órgano, catalogó como un sueño cumplido, haber logrado nuevamente revivir la vida del instrumento antiguos, que considero como emblemático, porque tienen la mejor acústica musical de su rama.

Dijo que Oaxaca es de los estados con el mayor número de órganos musicales del mundo y antiguos.

 

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